Tercer Milenio
En colaboración con ITA
Premio Don Bosco. Jóvenes que suman técnica e imaginación
Esta vez, las disciplinas olímpicas son mecatrónica, telecomunicación, física, multimedia, medio ambiente, electricidad, biología, informática... Las neuronas están muy en forma en el polideportivo de Salesianos durante la exposición de proyectos presentados al Premio Nacional Don Bosco. Han entrenado duro. Conocimientos técnicos, imaginación, esfuerzo y talento de los jóvenes participantes se combinan a la perfección en lo que acaba convirtiéndose, año tras año, en un escaparate ante las empresas que demandan este tipo de talentos.
"Rasmia, empuje y tesón" son las tres claves para "acometer y continuar una empresa". Esta fue la recomendación que Pilar Molina, directora de la compañía Epic Power, trasladó a los participantes en el Premio Don Bosco durante la gala de entrega, celebrada el jueves 8 de marzo. "Se puede conseguir", les alentó.
Treinta y una ediciones después de su inicio, la filosofía del Premio Don Bosco a la Investigación e Innovación Tecnológica continúa intacta: "Anima al alumno, sea cual sea su procedencia y su área de estudio, a fomentar su espíritu creador, potenciar su imaginación y desarrollar un elevado umbral de esfuerzo y perseverancia, como valores obligados en el desempeño de cualquier carrera profesional".
Pero las ideas no bastan; los jóvenes participantes en el certamen son capaces de plasmarlas en prototipos que funcionan. Todo esto valora el jurado que, este año, ha debido elegir a los mejores entre los 38 proyectos presentados por un total de 64 participantes, entre alumnos y tutores, venidos de Andalucía, Cataluña, Extremadura, Comunidad de Madrid, La Rioja, País Vasco, Comunidad Valenciana y Aragón.
En esta ocasión, se concedieron tres premios (uno más que en la edición anterior) por área: Comunicaciones, Industrial y Ciencias, además del premio que otorga el Ministerio de Defensa al mejor proyecto relacionado con la seguridad y la defensa. Otros proyectos también son distinguidos con una semana de formación en la Facultad de Ciencias, la Escuela de Ingeniería y Arquitectura y el Instituto de Investigación de Ingeniería de Aragón y la empresa Festo, en Barcelona. Por su parte, Rotary Club Zaragoza premia al mejor trabajo de proyección social con una invitación para asistir a las jornadas Ryla, donde los alumnos se forman en capacidades de liderazgo. En esta XXXI edición, se hizo también entrega del II Premio Mario Rubio a Pilar de Yarza, presidenta editora de HERALDO DE ARAGÓN, por su contribución y apoyo a estos premios.
Ky, el perrito, está pensado para acompañar en casa a los niños que sufren enfermedades crónicas. "Incorpora sensores arduino que miden el pulso cuando el niño le da la mano al perro o su temperatura corporal cuando le abraza", explican. La cola esconde un sensor de la humedad relativa del aire, un dato importante para los niños que padecen asma. Las lecturas aparecen reflejadas en una pantalla LCD colocada en la espalda del peluche y también se comunican de forma inalámbrica con el móvil o el ordenador. Otros detalles completan el proyecto Kyfy, como "una boca que da ejemplo tomándose la medicación o un altavoz bluetooth que reproduce música o audio con la voz de los padres contando un cuento, por ejemplo, o un personaje infantil recordándole que tiene que tomar la pastilla".
El segundo premio fue para Innovation Mechanism Electricity Resources, de Marta Latorre Martín e Irene Cunto Baranda, alumnas de Salesianos Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza. El tercero, para La agonía de la dehesa: la seca de las quercíneas, de Georgiana Cimpeanu y Zoila Mildred Chanca y Navarrete, del IES El Brocense de Cáceres.
Ky y Fy, peluches amigos de niños enfermos que miden su estado de salud sin que se den cuenta. Toni Galán
La mayor complicación técnica ha estado "en el diseño de la herramienta y el mecanismo para conseguir el movimiento cuadrangular". El resultado de su trabajo es una célula flexible de fabricación automatizada, compuesta de dos estaciones de trabajo, cuya principal finalidad es transmitir el movimiento circular de un árbol motor a un mecanismo y herramienta especial que transforma el giro de esta en un movimiento cuadrangular. De este modo, se consigue dar forma a cavidades cuadradas en piezas que después serán marcadas en una grabadora láser.
El segundo premio recayó en el proyecto Domo geodésico modular, de Marco Mollá Martínez y Benjamín Robert Anthony Hull, del centro San José Artesano Salesianos de Elche. El tercero fue para Sistema de trabajo a distancia, de Luis Miguel Collado Llera y Alejandro Collado Llera, alumnos de IES Santiago Apóstol de Almendralejo (Badajoz).
Promac, una célula flexible de fabricación automatizada. Toni Galán
Estas taquillas podrían ubicarse en oficinas especiales ubicadas en los barrios, en tiendas o centros comerciales o bien en casas particulares, junto al buzón. Al hacer su compra online, "el usuario, previamente registrado en nuestra app, seleccionaría el servicio Lockbox; el sistema le ofrecería la oficina de recogida más cercana a su domicilio o le daría la opción de elegir otra, en el caso de encontrarse de vacaciones", explican. "A la empresa de reparto le llegaría la notificación de dónde debe llevar el paquete y, cuando el pedido llegara a la taquilla, se actualizaría y avisaría al usuario mandando un código que es el que abre la taquilla". Los alumnos han diseñado la aplicación web y han construido el prototipo de la taquilla, que incorpora una pantalla táctil.
El segundo premio fue para En la cartera el dinero, en el móvil el tarjetero, de alumnos del IES Antonio Serna Serna de Albatera (Alicante). El tercero, para Homefox, de la Fundación San Valero de Zaragoza.
Lockbox, una solución para recibir pedidos encargados por internet. Toni Galán
Pensando en los niños con discapacidad en rehabilitación nació el proyecto Semper. Gracias a la tecnología Kinect, "al mover el niño un brazo, el personaje que ve en el ordenador se mueve; así se consigue que el niño se lo pase bien en rehabilitación y no abandone la terapia", explica Judit Gomáriz Ballesteros, autora junto a Alicia Aznar Royo de este proyecto, ganador del premio otorgado por la Escuela de Ingeniería y Arquitectura y el Instituto de Investigación de Ingeniería de Aragón, ambos de la Universidad de Zaragoza. Las alumnas de la Fundación San Valero de Zaragoza comenzaron por definir los movimientos de los ejercicios, para programarlos después en un entorno gráfico.
Personajes virtuales como estímulo. Toni Galán
Control remoto
Moviendo su mano dentro de un guante especial, Alicia Moraza controla un pequeño dron. Además de piloto de dron, es autora, junto a su compañero en el grado medio de Telecomunicaciones Daniel Gil, del proyecto Bmimic. Ambos son alumnos de Salesianos Los Boscos de Logroño y han obtenido el premio del Ministerio de Defensa y el de la empresa Festo. "Un conjunto de sensores instalados en un guante o un traje miden el movimiento; estos datos se procesan y se envían por bluetooth para mover diferentes actuadores: unos brazos biónicos de tamaño real, impresos en 3D, un dron o un vehículo desactivador de explosivos", explican. Todo a través de arduino. Lo más difícil: "Programar el movimiento del codo".
Los brazos biónicos se controlan a distancia. Guillermo Mestre
Conocerse para elegir mejor
Hace un tiempo, "me enganché a una serie de televisión y no podía parar". ¿Por qué ocurre esto? Es lo que se preguntó Nieves Segura, alumna de 2º de bachillerato en el Centro Diocesano Mater Dei de Castellón, y de ahí nació su trabajo El cerebro y el márquetin, premio de la Facultad de Ciencias. Se puso a investigar el mundo de la publicidad, para "concienciarnos del poder que tiene sobre nosotros". "Uní aprendizaje, emociones y el estudio del cerebro en publicidad y márquetin; hay muchos factores que le gustan al cerebro", señala. Aconseja "pensar y ser conscientes al elegir, porque a veces nos conocemos tan poco que nos dejamos guiar por deseos repentinos".
El riesgo y el chocolate le gustan al cerebro. Toni Galán