¿Te ves una napia enorme cada vez que te haces un selfi? No es tu imaginación. Realmente está distorsionada. Hasta tal punto que, con el auge de los autorretratos, las consultas de los cirujanos plásticos se llenan cada vez más de individuos que demandan una operación para reducir el tamaño de su nariz.

Boris Pashover es uno de esos cirujanos abrumados por la avalancha de consultas. Trabaja como investigador en la Escuela de Medicina de Nueva Jersey (EE. UU.) y, tras comprobar que muchos de los pacientes preocupados por su napia les enseñaban sus selfis para justificar su complejo, decidió tomar cartas en el asunto. "No se estaban dando cuenta de que hacerte un selfi es como mirar tu reflejo en la casa de los espejos de una feria", subraya. Solo que esta la llevas a cuestas.

Para demostrarlo científicamente, empezó a trabajar con un experto en computación de la Universidad de Stanford. Y juntos desarrollaron un modelo matemático que muestra exactamente qué distorsión nasal crean las fotografías. Según publican esta misma semana en 'JAMA Facial Plastic Surgery', un selfi medio, tomado a 30 centímetros de la cara, hace que la base de la nariz parezca un 30% más ancha y la punta de la nariz un 7% más dilatada que si nos hace un retrato 'proporcionado' otra persona a un metro y medio de distancia.

¿Suficiente para disuadir a los interesados en operarse? No siempre. La moda de los autorretratos, al final, hace mella. Y afecta a la autoimagen profundamente. Según la Academia Americana de Cirugía Plástica y Reconstructiva Facial (AAFPRS por su siglas en inglés), el 55% de las consultas que reciben los especialistas vienen de individuos que demandan intervenciones estéticas que mejoren sus selfis. Y advierten que debería tratarse como asunto de 'salud pública'.