Cinco curiosidades sobre las dietas detox

¿Quién no ha oído hablar alguna vez de las dietas 'detox'? ¿De verdad los zumos verdes desintoxican? Desde hace algunos años, son muchos los famosos y no tan famosos que han recurrido a estos zumos depurativos, hechos de fruta y verdura, para limpiar el organismo, pero también son cada vez más numerosas las voces que alertan sobre los riesgos que este hábito puede entrañar para la salud.

Os mostramos cinco curiosidades sobre estas dietas.

Efecto rebote Uno de los principales problemas de esta dieta es su efecto rebote, ya que el peso perdido se recupera con la vuelta a la normalidad.

Cansancio y apatíaLa falta inclusión en la dieta de alimentos ricos en proteínas, puede provocar cansancio, apatía, naúseas, malestar general o fuertes dolores de cabeza.

Ayuno peligrosoLa mayoría de estas dietas detox suelen incluir un periodo de ayuno importante. Después, la alimentación se centra sobre todo en vegetales, fruta y agua. Es decir, se limita mucho el consumo de alimentos y restringe el aporte proteico, lo que hace perder masa muscular.

Enfermedades cardiovascularesSeguir durante muchos días una dieta desintoxicante puede ser perjudicial para el corazón, ya que al limitar el consumo de calorías, se produce un desequilibrio electrolítico que puede derivar en arritmias del corazón.

Caída del cabelloLa falta de vitaminas y minerales debido a este tipo de alimentación provoca, sobre todo, una gran deshidratación en el cabello. Crece más lento y no solo eso, sino que este tipo de dieta favorecerá su caída. Además, también pueden generar problemas sobre la piel como son la aparición masiva de acné, o la piel deshidratada y escamosa.

Como siempre ocurre en las dietas, es muy importante seguir los consejos de especialistas en nutrición, que nos orientarán sobre la mejor manera de perder peso sin poner en peligro la salud.

Todo con moderación es bueno para el organismo, de ahí que, de vez en cuando, se pueda recurrir a estas dietas que eliminan toxinas del organismo, gracias a la ingesta de alimentos naturales y orgánicos, como son las frutas, verduras y semillas, evitando los alimentos ricos en proteínas, lácteos y grasas.

Pero siempre bajo estricto control y consejo médico.