Concurso de roscaderos en Quinto para cerrar la semana grande

Los más de 40 grados que se llegaron a alcanzar y que marcaron la máxima de Aragón no fueron problema para llenar la plaza de toros y disfrutar del certamen.

Una de las cuadrillas aguanta las embestidas durante el concurso de roscaderos.
Una de las cuadrillas aguanta las embestidas durante el concurso de roscaderos.
José Miguel Marco

Siete días de fiesta acabaron ayer en Quinto con un entretenido concurso de roscaderos en la plaza de toros del municipio, que acogió a centenares de aficionados.

Las altas temperaturas que registraron los termómetros, que superaron los 40 grados, no fueron un excesivo problema para que los vecinos pudieran disfrutar desde bien pronto, de la última jornada festiva. A las 8.00 empezó el día con una diana que animaba a los más madrugadores e incluso a aquellos que prolongaron la noche de fiesta. Posteriormente, la última suelta de vaquillas en la calle de Zaragoza abría el día de actos taurinos.

Ya por la tarde, el concurso nacional de roscaderos ‘Villa de Quinto’ llenaba la plaza de toros hasta la bandera. Un grupo de niños hacía de teloneros jugando a los roscaderos con un toro empujado por un vecino. Posteriormente, saltaron al ruedo las nueve cuadrillas que participaron, en la que fue la undécima edición de este certamen.

Una de estas escuadras que compitieron fue la de Longares, de Raúl Rodríguez, que con cara de concentración se preparaba para salir a la arena "con algo de nervios, que siempre son buenos para estar alerta". Además, añadió que este es su "segundo año visitando Quinto y aquí siempre es un placer participar debido al gran ambiente que se vive", afirmó el joven.

Uno de los espectadores que disfrutaba desde detrás de las barreras era Ángel Sanz, vecino del pueblo, que no estaba sorprendido de la afluencia de gente "porque son las primeras fiestas que hay en toda la zona y eso hace que muchos residentes de otros municipios cercanos se animen a venir".

Entre tanto espectador estaba el alcalde Jesús Morales, que tampoco quiso perderse el espectáculo de los roscaderos. El primer edil se mostró "muy satisfecho con el buen ambiente que se ha podido vivir a lo largo de esta semana". Asimismo, Morales comentó que "la participación ha sido muy elevada en todas las actividades programadas y no se ha suspendido ningún acto previsto, algo que demuestra las ganas de fiesta que tenían los habitantes".

Al concluir esta competición, con su correspondiente entrega de trofeos, los cabezudos encorrieron a los más pequeños por las calles antes de la tradicional cena popular. Una vez acabada, era tiempo de ver por última vez la vaca de fuego y acudir a la despedida oficial de las fiestas desde el balcón del ayuntamiento. Acto seguido, las majas recorrieron el municipio en su carroza. La jornada se culminó con la traca de fin de fiestas y una sesión de baile.

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