Tercer Milenio

En colaboración con ITA

“El hielo en la Antártida y Groenlandia forma archivos del clima únicos”

La zaragozana Gema Llorens desarrolla en Alemania una investigación sobre el comportamiento mecánico del hielo polar y su influencia en el calentamiento global.

La investigadora zaragozana Gema Llorens trabajando en el laboratorio a 20º bajo cero para poder manipular el hielo.
La investigadora zaragozana Gema Llorens trabajando en el laboratorio a 20º bajo cero para poder manipular el hielo.

La doctora en Glaciología y Geología Estructural Gema Llorens (Zaragoza, 1978) realiza investigaciones sobre el hielo de la Antártida y Groenlandia en la prestigiosa universidad alemana de Tübingen, una institución académica con una gran tradición en Ciencias de la Tierra. Su trabajo en Tübingen se desarrolla en colaboración con el Alfred Wegener Insitute de Ciencias Marinas y Polares (AWI), en la ciudad germana de Bremerhaven, uno de los institutos de investigación más importantes en ciencias polares a nivel mundial.


Antes de dedicarse a la investigación, Llorens trabajó durante 5 años como geóloga en la construcción de la nueva terminal del aeropuerto del Prat y en la línea 9 del metro de Barcelona, entre otras obras civiles. Formada en la Universidad de Zaragoza y en la Autónoma de Barcelona, comenzó en 2010 sus estudios de doctorado en Alemania, país donde reside actualmente.


Su labor en la Universidad de Tübingen se basa en el estudio de las grandes masas de hielo en la Antártida y Groenlandia: “No son estáticas, sino que se deforman lentamente con el tiempo como consecuencia del propio peso de la masa de hielo, de forma que este fluye desde las partes más altas, donde se acumula y compacta la nieve, hasta las más profundas, -explica-. Mi investigación se centra en comprender el comportamiento mecánico cuando se deforma. Entender cómo fluye el hielo polar en la Antártida y Groenlandia es muy importante para cuantificar el volumen que llega a los océanos produciendo icebergs, y también para comprender su dinámica e influencia en el calentamiento global”.


El hielo de la Antártida y Groenlandia “forma archivos únicos y muy valiosos del clima del pasado. La composición de la atmósfera queda atrapada en forma de pequeñas burbujas de aire cuando la nieve precipita, y quedan enterradas con el tiempo, -revela Llorens-. A partir de sondeos que se realizan en los casquetes polares se pueden analizar esas burbujas y otros marcadores, obtener la composición de gases de efecto invernadero y la temperatura de la atmósfera correspondiente a la época en que esa capa de hielo se formó”.

8 grandes ciclos climáticos

La investigadora señala que hasta ahora “estos sondeos han permitido la reconstrucción de los últimos 800.000 años de historia del clima terrestre, y han revelado que la tierra ha experimentado 8 grandes ciclos climáticos (que son los periodos que van desde una glaciación a un periodo interglaciar cálido). Estos periodos comprenden habitualmente unos 100.000 años”.


Pero esto no fue siempre así: “Sabemos por otros registros climáticos, como los sedimentos marinos, que los ciclos anteriores a 800.000 años eran de unos 41.000 años en vez de 100.000. Y la gran pregunta es por qué el clima cambió de esa forma tan drástica, aunque se sospecha que los gases de efecto invernadero jugaron un papel muy importante. Por eso actualmente se planea realizar sondeos en la Antártida para recuperar testigos del hielo más antiguo y poder reconstruir hasta 1,5 millones de años de historia del clima”, apostilla.


Los ensayos de Llorens en esta materia se orientan a tratar de entender y predecir cómo el flujo del hielo puede alterar las señales climáticas. Y el futuro es muy preocupante. “La alarma viene de los datos que se tienen sobre la atmósfera actual. Desde 1950 el incremento de temperatura que estamos experimentado es alarmante y se sabe que está ligado al aumento en la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera, -cuenta-. Si se demuestra que los gases de efecto invernadero pueden llegar a alterar los grandes ciclos climáticos, como se espera poder hacer con los nuevos sondeos en la Antártida, entonces ya no estamos hablando sólo de un calentamiento global, si no de algo más complejo”.

Un tema prioritario

Por fortuna, el cambio climático es un problema que se está combatiendo en el ámbito de la investigación. “Es uno de los temas de actualidad en la ciencia moderna y por lo tanto es prioritario para ser financiado. Todas las conclusiones e investigaciones relacionadas con el cambio climático se intentan resumir en los informes anuales que hace el IPCC (Intergubernamental panel on Climate Change). Este organismo aconseja a los gobiernos de los 195 países miembros sobre las políticas medioambientales que deben tomar”, afirma la investigadora.


En opinión de Llorens, la coordinación a la hora de afrontar este asunto es adecuada: “EL IPCC proporciona evaluaciones anuales de la investigación científica, del impacto social y económico del cambio climático y propone estrategias a seguir”, aunque también señala algunas sombras en referencia a políticas que no se están llevando a cabo con contundencia: “A veces tienes la sensación de que es todo muy aparente, se destina dinero a investigar, se habla mucho del tema, pero a la hora de la verdad no se está tomando tan en serio”, declara.


Más allá del laboratorio, la investigadora Gema Llorens no ha tenido todavía la oportunidad de trabajar con el hielo polar sobre el terreno en la Antártida y Groenlandia y confiesa que tiene “muchísimas ganas de ir a alguna campaña, ya que cuando comencé con este estudio lo hice embarazada de gemelas y no me ha sido posible participar en ninguna, Pero actualmente estoy implicada en un nuevo proyecto en el noroeste de Groenlandia que ha comenzado a prepararse este año. Espero poder participar cuando mis hijas sean un poco más mayores”.

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