Tercer Milenio

En colaboración con ITA

​Los ordenadores y el dolor muscular

Al teclear, utilizamos siempre los mismos músculos, lo que provoca que no descansen y se resientan, especialmente las articulaciones.
Al teclear, utilizamos siempre los mismos músculos, lo que provoca que no descansen y se resientan, especialmente las articulaciones.
Heraldo

Junto a las diferencias cognitivas entre escribir a mano o en un teclado están las diferencias motoras. «La escritura a mano requiere acciones motoras más complejas que teclear, puesto que cada letra se forma con una combinación de diferentes técnicas que conforman una secuencia única, mientras que con un teclado cada letra se produce simplemente apretando una tecla», compara Robert Wiley, investigador del departamento de Ciencia Cognitiva de la Universidad Johns Hopkins (Estados Unidos).


Los músculos que utilizamos en ambas acciones son muy diferentes. La escritura a mano está controlada principalmente por los músculos que activan la articulación de la muñeca, y también tienen peso los músculos que controlan los dedos para sujetar el bolígrafo. Cuando tecleamos, la fuerza muscular de los dedos es mucho mayor.


«Se utilizan diferentes patrones de activación muscular, principalmente, porque la escritura con teclado es una actividad bilateral, de forma que ambas manos forman parte del proceso, frente a la actividad unilateral que supone escribir con un bolígrafo», indica Sigal Portnoy, directora del laboratorio de Rehabilitación y Función Motora de la Universidad de Tel-Aviv (Israel).


¿La hegemonía actual de las teclas frente al lápiz perjudicará de alguna forma al sistema muscular relacionado con la escritura? Portnoy admite que, de momento, no existen estudios al respecto. Sí que se ha asociado teclear con trastornos musculoesqueléticos, como el dolor en las articulaciones, pero, en su opinión, se debe a las largas horas que pasamos delante de un ordenador en el entorno laboral.


«Hoy encontramos, guardamos, analizamos y visualizamos todos los datos en el ordenador, de modo que el trabajo de oficina de hace solo unas décadas, que consistía en abrir cartas, tener carpetas físicas, armarios y otros útiles de oficina, se ha sustituido por un teclado y un ratón», resume la experta. Utilizar siempre los mismos músculos relacionados con el ordenador provoca que estos no descansen y se resientan, especialmente las articulaciones.

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