Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Reto químico. Descubre un polémico conservante

Bienvenidos a ‘Adopta tu Molécula’. Esta vez soy una molécula menuda utilizada como conservante y acusada de actuar como disruptor endocrino. ¿Sabes quién soy? ¿Crees en mi inocencia o me condenas? Hasta el 22 de abril hay tiempo de descubrir mi identidad.

Esta es la molécula enigmática de este mes.
Esta es la molécula enigmática de este mes.

milenio@heraldo.es Soy una moleculica menuda, presente en muchos de los productos que consumís habitualmente. Suelo juntarme sobre todo con productos cosméticos, pero de vez en cuando me cuelo también en alimentos, bebidas e incluso en algunos medicamentos. A todos ellos me añaden por el mismo motivo: soy muy, muy buena aniquilando bacterias y hongos. Gracias a mí, vuestros productos duran mucho más tiempo sin estropearse. Sí, lo habéis adivinado: soy un conservante, uno de esos que tienen una E y un número detrás. Si llevan más de ochenta años empleándome será que no lo hago tan mal, ¿verdad? Pertenezco a una familia de @moleculicas muy similares, primas todas, que solo se diferencian en la longitud de una tira de átomos de carbono: 1, 2, 3, 4… ¡Yo soy la primera de la lista!


Aunque para añadirme a todos esos productos suelen prepararme en laboratorios, soy una moleculica natural, como la vida misma. Por ejemplo, protejo a los arándanos contra el ataque de hongos y bacterias. ¡Microorganismos a mí!¿Buena o mala?

Pensaréis que siendo tan útil, la gente me querrá y respetará. ¡Pues nada de eso! Desde hace algunos años soy objeto de campañas en internet que no hacen más que decir cosas horribles de mí: que si soy un disruptor endocrino, que si puedo provocar cáncer… ¡Si hasta yo he empezado a dudar de mí misma! ¿Seré tan mala?Me transformo

Lo cierto es que cuando entro en vuestro organismo, rápidamente me transformo en otras moleculicas que son excretadas por la orina en pocas horas. Así es difícil que me dé tiempo a causaros daño. Otras veces me encuentro en productos que os aplicáis sobre la piel como jabones, cremas y medicamentos tópicos. Esto hace que, a veces, algunas personas (muy pocas) desarrollen alergias a mí. Pero eso le puede pasar a casi cualquier @moleculica. ¿O es que no hay personas alérgicas al marisco, los frutos secos o el polen?Actividad estrogénica

Lo que más me duele es que me llamen disruptor endocrino. Resulta que algunos investigadores publicaron que yo tenía un efecto similar al de unas hormonas femeninas. En realidad, el estudio tenía un poco de trampa: el supuesto efecto era 100.000 veces menor que el que causaba la hormona de referencia, y eso que me usaban en cantidades 25.000 veces mayores a las que se usan normalmente en los productos de consumo. ¡Cualquier derivado de la soja contiene compuestos con muchísima más actividad estrogénica que yo! Pero resulta que ella es buena y saludable, y yo soy la mala de la película.


Para colmo, otros investigadores publicaron que me habían encontrado en algunos tumores de mama, aunque solo en partes por billón. Más difícil que lo de la aguja en el pajar. Pero eso bastó para desatar una campaña en mi contra. Poco importa que un estudio reciente sobre cientos de pacientes de cáncer de mama no haya encontrado ninguna relación entre el cáncer y mi presencia. Tengo tan mala fama que muchos fabricantes se jactan con letras bien grandes en sus etiquetas de no incluirme en sus productos. Tengo a las agencias de salud y consumo de mi parte pero a la opinión pública en contra. ¿Eres de los ya me han condenado o crees en mi inocencia?

¿Sabes qué molécula soy?

Manda tu respuesta y tus datos (nombre, dirección y teléfono) a milenio@heraldo.es con el asunto Adopta tu molécula. Sortearemos un premio entre los acertantes. Fecha límite: 22 de abril.

¿Quieres adoptarme?

Para ser una buena madre o un buen padre, tendrás que averiguar sus propiedades, usos y la opinión que la gente tiene de ella. No te preocupes si te parece difícil y una gran responsabilidad; desde el blog ‘Moléculas a reacción’  te ayudaremos y guiaremos en tu adopción.


Fernando Gomollón Bel y José Ignacio García Laureiro Instituto de Síntesis Química y Catálisis Homogénea 


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