Javier Cacho: "En la Antártida descubres al ser humano"

El científico dio una charla en el Joaquín Roncal, que acoge una exposición fotográfica sobre el gran continente blanco.

Exposición 'Nuestra Antártida. Imágenes del grandioso sur blanco'
Javier Cacho: "En la Antártida descubres al ser humano"
M. Herrera

El científico, físico y escritor Javier Cacho se encuentra en Zaragoza para impartir la conferencia “La aventura científica de la Antártida”. El encuentro tuvo lugar a las 18.30 de este viernes 20 de febrero en el Centro Joaquín Roncal. La charla se desarrolló con motivo de la exposición fotográfica 'Nuestra Antártida. Imágenes del grandioso sur blanco', organizada por SCAR (Scientific Committe on Antartic Research) en este espacio de la Fundación CAI-ASC.


Las imágenes son el resultado de un concurso al que se presentaron fotografías de científicos de 22 países. Las 53 instantáneas, que pueden verse hasta el 14 de marzo, llevan unos dos años recorriendo salas de todo el mundo y es la primera vez que se exponen en España.


Javier Cacho es Director de la Unidad de Cultura Científica del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) y fue miembro de la primera expedición científica española a la Antártida, en 1986. Después regresó al continente de hielo durante varias campañas de investigación como jefe de la base antártica española Juan Carlos I.


Muy vinculado a la divulgación científica, este físico español ha publicado varios libros entre los que destacan 'Antártida: El agujero de ozono' (Tabapress, 1989), 'Amundsen-Scott: Duelo en la Antártida' (Fórcola Ediciones, 2011) y 'Shakleton, el indomable' (Fórcola Ediciones, 2013).

Formó parte de la primera expedición científica española a la Antártida, en 1986. ¿Qué le llevó a embarcarse en un proyecto como aquel?

Acababa de descubrirse el agujero de ozono y yo formaba parte del único grupo español que estudiaba en esos momentos acerca de este tema. Aquella primera vez fuimos en barco, en verano. Regresé en el año 1988 a una base argentina, esta vez en invierno y en avión, con unas condiciones climáticas bastante más duras. Ahí me dije: ¿quién me ha mandado a mí meterme aquí? Pero siempre vuelves.La Antártida no es un lugar de trabajo cualquiera. ¿Cómo se afronta la estancia entre el hielo, aislado, lejos de la familia y del entorno habitual?

Es muy duro, por las condiciones del medio antártico y el reto del investigador que debe permanecer ahí. Cuando uno vuelve cuenta lo bonito, lo que más le ha impresionado, pero se nos olvida contar lo mal que lo pasamos. La sensación de aislamiento es tremenda y el peligro físico es constante y real. Además, la relación entre compañeros es dura porque hay tensión: si te ocurre algo o te pones enfermo, no hay hospitales; si le pasa algo a alguien de tu familia no puedes acudir, y tus familiares también son conscientes del peligro que corres. El investigador carga también con una responsabilidad muy alta por la inversión en equipos y personal que supone la investigación. Y para toda esa tensión no hay vías de escape, estás encerrado en una base.¿Advirtió usted en sus estancias en la Antártida las consecuencias del cambio climático?

En determinadas zonas de la Antártida, como en la que se asienta la base antártica española Juan Carlos I, sí se nota porque puedes ver como un glaciar ha retrocedido y en zonas antes cubiertas por el hielo, ahora hay rocas. En otras partes hay que recurrir a estudios porque los cambios no se aprecian a simple vista.Diversos intereses económicos acechan tras expediciones científicas y viajes turísticos y se habla de los recursos energéticos que puede haber bajo el hielo. ¿Teme que estos intereses acaben por sentenciar la situación del continente blanco y, por tanto, del planeta?

Creo que nos hace falta un cambio de comportamiento global, ya que está claro que con los niveles de consumo que tenemos no se puede continuar. No es sencillo, pero quiero creer en que el ser humano se dé cuenta de que, aunque consumimos más, no somos más felices. Yo espero que cuando dentro de treinta años acabe la moratoria que reserva a la Antártida como continente dedicado a la ciencia, se haya avanzado en conciencia medioambiental.


En cuanto al turismo, existe una tendencia entre algunos científicos de reservar la Antártida solo para la ciencia. Yo creo que no se puede negar a nadie la visita al continente, puede que al ver su grandeza se convenza de la importancia de conservarla. El acceso de turistas está regulado, aunque puede regularse más, y lo importante es que estén concienciados y que conozcan también los riesgos que corren, porque no es un viaje cualquiera y te juegas la vida.Usted está muy vinculado a la divulgación, un aspecto en ocasiones olvidado. ¿Con qué problemas se encuentra la comunicación científica?

Ahora los científicos ya tienen más interés en divulgar. Se han dado cuenta de que sus presupuestos vienen de la sociedad y de que si hay interés popular en la ciencia, los responsables políticos le darán presupuesto. En segundo lugar, la divulgación o cultura científica es necesaria para la supervivencia de la ciencia. Ya antes de la crisis disminuyeron mucho los estudiantes que se decantaban por carreras científicas y hay que animar a los jóvenes a conocerlas. Hemos vivido una época muy mala para las profesiones vocacionales porque los chicos se sentían deslumbrados por ganar mucho dinero y fácilmente, lo que llevaba al "¿para qué voy a estudiar?". Al final, te das cuenta de que hay que trabajar en lo que te gusta, sea lo que sea. Eso sí, cuanto más preparado estés, más libertad de elección tendrás.Sus libros sobre las expediciones de Admundsen, Scott y Ernest Shackleton narran sus increibles historias, con sus logros y fracasos. ¿Ha quedado atrás la época de las grandes exploraciones? ¿A qué desafíos se enfrenta ahora el ser humano?

Se han terminado ese tipo de exploraciones en entornos desconocidos, dejando a un lado las espaciales. Yo escribí las historias de estos exploradores para que no olvidemos su valor y sus logros. Pero cualquier persona se enfrenta a retos todos los días y tiene que tomar decisiones tremendas, ahí podemos buscar esa grandeza.¿Qué diferencia a esos míticos exploradores de los actuales, medios tecnológicos aparte?

El espíritu aventurero pervive, está ahí si rascas un poquito. Ahora el hombre está más arropado por la tecnología y su papel es diferente.¿Qué van a encontrarse aquellos que asistan a esta exposición en el Centro Joaquín Roncal?

En esta exposición se ve cómo los científicos, que están trabajando en temas de ciencia y tecnología, se dejan deslumbrar por la belleza del entorno donde están trabajando y quieren mostrarla. La Antártida es un lugar increíble que te atrapa y donde descubres al ser humano, en su aislamiento.