Investigación

Los Willy Fog de la Universidad de Zaragoza

El equipo de Micropaleontología de Unizar lleva más de veinte años viajando por el mundo en busca de evidencias de que un gran meteorito acabó con el 70% de las especies hace 66 millones de años.

Eustoquio Molina e Ignacio Arenillas muestreando el límite Cretácico/Terciario en Túnez
Los Willy Fog de la Universidad de Zaragoza

La teoría más respaldada en la actualidad es que el impacto de un enorme meteorito, hace 66 millones de años, provocó una serie de cambios globales en el planeta y la extinción de un gran número de especies, entre ellas, los asombrosos dinosaurios. Fue la quinta extinción en masa de la historia de la Tierra.


El equipo de Micropaleontología de la Universidad de Zaragoza lleva más de veinte años viajando por el mundo para investigar cómo fue esa extinción. Si fue gradual, como defienden algunos, o súbita y catastrófica, como aseguran otros.


Para averiguarlo, este grupo no busca restos de dinosaurios, sino fósiles mucho más pequeños, microscópicos, de unos seres diminutos pero muchísimo más abundantes: los foraminíferos.


Tal y como explica el director del equipo de investigación y catedrático de Paleontología, Eustoquio Molina, los huesos de dinosaurios son muy raros de encontrar, por lo que, a la hora de hacer trabajos "rigurosos y detallados" sobre las repercusiones del gran impacto meteorítico, es más eficiente observar el comportamiento de los foraminíferos. "Para nosotros son como las cobayas para los biólogos, nos permiten hacer investigaciones que no permiten hacer otros seres más grandes. Cuando mueren, su concha (de unas 200 micras) cae al fondo del mar, sedimenta y fosiliza. Estudiando esto podemos establecer el momento del impacto del meteorito y cómo fue el patrón de extinción", detalla el catedrático.


En cada rincón del mundo

Gracias a sus viajes por México, Cuba, Argentina, Túnez, Italia, Francia y por supuesto, España, el equipo de Micropaleontología de la Universidad de Zaragoza ha podido observar que el patrón de extinción causado por el meteorito de Yucatán fue catastrófico y simultáneo. "El 90% de los foraminíferos planctónicos se extinguió en muy poco tiempo, al igual que el 70% del conjunto de especies del planeta", concreta Molina.


Como viajar es costoso, suelen ser un par de personas del equipo las que viajan "allí donde aparece un buen corte" del que recoger muestras para después, entre todos, hacer el trabajo de laboratorio con microscopio: "Hacemos muestreos muy detallados y estudiamos los microfósiles cuantitativamente, algo que no es habitual, por lo que siempre nos topamos con datos y conclusiones nuevas".


El trabajo sobre el terreno suele ser rápido. Un par de días bastan para muestrear y recoger sedimento de sobra, pero no todos los yacimientos son iguales, según explica Eustoquio Molina. En México y Cuba, lugares cercanos a donde cayó el meteorito, hay evidencias "muy espectaculares" porque el impacto provocó un inmenso tsunami que dejó sedimentos "muy potentes". Sin embargo, en el Mediterráneo, ese tsunami no llegó a entrar pero, como el meteorito dispersó una serie de partículas microscópicas por todo el globo, resulta "una zona ideal para estudiar las evidencias de impacto en un ambiente más tranquilo, especialmente Túnez".


En España, los lugares que resultan de mayor interés para su investigación son los yacimientos de Zumaya en Guipúzcoa, Caravaca en Murcia y Agost en Alicante.


Equipo y financiación

El equipo de Micropaleontología de la Universidad de Zaragoza se fundó en 1979 y está compuesto por su director, el catedrático Eustoquio Molina, tres profesores titulares: Ignacio Arenillas, José Antonio Arz y Laia Alegret; y una serie de becarios que pasan por el grupo para hacer su tesis doctoral. Su trabajo es posible gracias a proyectos constantes financiados por el Ministerio y a una "pequeña partida" aportada por la DGA. "Nunca nos ha faltado financiación porque siempre hemos publicado mucho en buenas revistas e incluso hicimos el único libro de texto que tienen los alumnos de geológicas elaborado por profesores de la Universidad de Zaragoza", valora el director del grupo.


Entre sus próximos objetivos, seguir viajando e investigando: "Somos un equipo bastante numeroso y seguimos buscando cortes por todo el mundo. Allí donde alguien descubre un buen yacimiento, vamos nosotros a muestrearlo y estudiarlo".