EL TESTIGO DE LA EXPO

Miguel Carreras, coordinador de Ciencia Viva, se inclina por un museo centrado en el agua y las energías, incluyendo temas como: hidrógeno, fusión nuclear, viento, sostenibilidad, cambio climático... Este enfoque supondría además profundizar en la Carta del Agua. “Ubicado en la Expo, junto al acuario y el futuro Instituto del Cambio Climático -dice-, tendría un entorno científico ideal”.

No obstante, apunta que la parte más educativa del museo debería abarcar toda la ciencia. Asimismo, el centro promovería foros científicos e interdisciplinares sobre temas de actualidad dirigidos a distintos niveles.

En su museo soñado no faltan salas de proyección (aunque no un planetario, ya que acaba de confirmarse que el parque tecnológico Walqa contará con uno y un observatorio astronómico “y sería una competición absurda”) y zonas amplias para exposiciones, con algún elemento de colección en préstamo, pues opina que “las colecciones universitarias deben continuar ubicadas en el campus”. Desde su punto de vista, es vital crear espacios equilibrados, ni agobiantes ni vacíos.

TERUEL, HUESCA Y ZARAGOZA

Luis Alcalá, director gerente de la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis, coincide en que la temática de este centro de comunicación social de la ciencia “tal vez podría relacionarse con la imagen ya adquirida como ciudad del agua y del medio ambiente”. La propuesta de un museo en Zaragoza “reforzaría a nuestra comunidad como un territorio completamente comprometido con una apuesta por su futuro científico”, pues, anuncia, “a Dinópolis podrá sumarse en un futuro próximo un espacio divulgativo vinculado al Centro de Estudios de Física del Cosmos de Aragón”. A todo ello “podría añadirse Huesca, especializándose en la difusión de las principales aplicaciones tecnológicas de nuestros tiempos”, concluye.