La vacuna MTBVac creada en Aragón, clave en los nuevos objetivos mundiales para acabar con la tuberculosis

El microbiólogo Carlos Martín Montañés considera que el compromiso de la ONU de acelerar una nueva vacuna en los próximos cinco años para erradicar la enfermedad es "muy buena noticia".  

Carlos Martín muestra la vacuna contra la tuberculosis MTBVAC que diseñó su grupo en la Facultad de Medicina de la UZ.
Carlos Martín muestra la vacuna contra la tuberculosis MTBVac que diseñó su grupo en la Facultad de Medicina de la Universidad de Zaragoza y fabrica Biofabri (Zendal) en la localidad gallega de Porriño
Guillermo Mestre

¿Qué hubiera pasado si en 2022 una nueva enfermedad hubiera infectado a diez millones de personas y hubiera matado a un millón de ellas? Esta es la pregunta que lanzó Mark Hatherill, director de la Iniciativa Sudafricana de Vacuna contra la Tuberculosis (Satvi), en la Reunión de Alto Nivel sobre esta enfermedad celebrada el viernes en Naciones Unidas. La respuesta es obvia: hubieran saltado todas las alarmas, como pasó en 2020 con la covid-19, y se hubieran puesto manos a la obra todos los dirigentes mundiales para hacer posible la búsqueda de antídotos y vacunas preventivas de esa enfermedad. 

Hatherill utilizó esta hipótesis para concienciar de la necesidad de ser sensibles y financiar adecuadamente la lucha contra la tuberculosis, que mató a un millón de personas el año pasado. Porque este extendido y antiguo mal, prevenible y curable, no solo sigue infectando a millones de personas anualmente, sino que ha ido a más en los últimos años debido a que se ha bajado la guardia durante la pandemia de covid-19, y afronta otra piedra en su camino: la lucha contra la multirresistencia a los antibióticos.

En este contexto, los líderes mundiales aprobaron el pasado viernes, en la Reunión de Alto Nivel sobre Tuberculosis de la Asamblea General de las Naciones Unidas, una Declaración Política con nuevos y ambiciosos objetivos para los próximos cinco años con el fin de avanzar en los esfuerzos globales para poner fin a la epidemia de tuberculosis. 

Los objetivos incluyen, entre otras medidas, autorizar al menos una nueva vacuna contra la tuberculosis que sustituya y mejore a la actual BCG por ser eficaz para prevenir las formas más mortíferas de la enfermedad. Y ahí está muy bien posicionada la vacuna MTBVac que creó el equipo del catedrático de Microbiología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Zaragoza Carlos Martín Montañés. Así, esta candidata a sustituir a la vacuna BCG es una de las pocas que ya ha pasado a la fase 3: lleva un año probándose en bebés en lugares donde la enfermedad es endémica como Sudáfrica, Madagascar y Senegal. Si sigue cosechando los excelentes resultados que ha tenido hasta ahora, podría permitir que se erradique la enfermedad como ocurrió con precedentes como la viruela en los años 80.      

Cerrar las brechas de financiación

Pero para ello es preciso que se cumpla otro de los objetivos que apuntaron los miembros de la ONU reunidos en la Asamblea General: es necesario cerrar las brechas de financiación para la implementación y la investigación de la tuberculosis para 2027. 

De esta forma, Carlos Martín Montañés asegura que se trata de "una muy buena noticia" porque se pide que en los próximos cinco años se apueste económicamente por acelerar el desarrollo de las vacunas.   

No obstante, el jefe del Grupo de Genética de Micobacterias de la Universidad de Zaragoza echa en falta mayor concreción en los objetivos marcados. Y, sobre todo, un compromiso claro por parte del Gobierno español con la vacuna diseñada en el laboratorio de la Facultad de Medicina aragonesa y fabricada por una empresa gallega (Biofabre, de Zendal), máxime en un momento en que nuestro país ostenta la presidencia del Consejo de la Unión Europea desde el 1 de julio hasta el 31 de diciembre. "Es fundamental el apoyo de España", subraya Carlos Martín.  

Llamamiento a escribir el final de la historia de la tuberculosis

"Durante milenios, nuestros antepasados han sufrido y muerto de tuberculosis, sin saber qué era, qué la causaba o cómo detenerla", afirmó el pasado viernes el director general de la OMS, el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus. "Hoy tenemos conocimientos y herramientas con los que ellos solo podrían haber soñado. La declaración política que los países aprobaron este viernes y los objetivos que han fijado son un compromiso de utilizar esas herramientas y desarrollar otras nuevas para escribir el capítulo final de la historia de la tuberculosis", añadió. 

Al hacer un balance del progreso hacia las metas fijadas en 2018 para un periodo de cinco años, la OMS informó de que, si bien los esfuerzos mundiales para combatir la tuberculosis han salvado más de 75 millones de vidas desde el año 2000, no han logrado alcanzar las metas, principalmente debido a graves perturbaciones en Servicios de tuberculosis causados por la pandemia de Covid-19 y los conflictos en curso.

Además, solo 34 millones de personas de los 40 millones de personas con tuberculosis previstas recibieron tratamiento entre 2018 y 2022. En el caso del tratamiento preventivo de la tuberculosis, la situación fue aún más sombría, ya que solo 15,5 millones de los 30 millones de personas a las que se había previsto llegar con tratamiento preventivo accedieron a él.

La financiación para los servicios de tuberculosis en los países de ingresos bajos y medianos cayó de 6.400 millones de dólares en 2018 a 5.800 millones de dólares en 2022, lo que representa un déficit de financiación del 50 por ciento en la implementación de los programas de tuberculosis necesarios. La financiación anual para la investigación de la tuberculosis osciló entre 900 y 1000 millones de dólares entre 2018 y 2022, lo que representa solo la mitad del objetivo fijado en 2018.

Esto ha supuesto una carga aún mayor para los afectados, especialmente los más vulnerables.  

Asimismo, la tuberculosis resistente a los medicamentos sigue contribuyendo de manera importante a la resistencia a los antimicrobianos: cerca de medio millón de personas desarrollan tuberculosis resistente a los medicamentos cada año.

"Unirnos en torno a la respuesta a la tuberculosis por parte de los líderes mundiales, por segunda vez, brinda una oportunidad para acelerar la acción y fortalecer los sistemas de salud. Evitar las dificultades financieras relacionadas con la tuberculosis y prevenir el desarrollo de la enfermedad en grupos vulnerables ayudará a disminuir las desigualdades dentro y entre los países, contribuyendo al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible", hdeclaró la directora del Programa Mundial de Tuberculosis de la OMS, la doctora Tereza Kasaeva. 

El consejo acelerador de la vacuna contra la tuberculosis

En el periodo previo a esta histórica reunión, el director general de la OMS, el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, inauguró oficialmente el consejo acelerador de la vacuna contra la tuberculosis para facilitar el desarrollo, la concesión de licencias y el uso de nuevas vacunas contra la tuberculosis.

El Consejo, apoyado por la secretaría de la OMS, estará dirigido por una junta ministerial compuesta por nueve miembros que actuarán de forma rotativa por un período de dos años. El Consejo también tendrá órganos subsidiarios para apoyar su interacción y compromiso con diferentes sectores y partes interesadas en general, incluido el sector privado, los científicos, la filantropía y la sociedad civil.

El Consejo tiene como objetivo identificar financiación sostenible innovadora, soluciones de mercado y asociaciones entre los sectores público, privado y filantrópico. Aprovechará plataformas como la Unión Africana, la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), los países BRICS (Brasil, Federación de Rusia, India, China y Sudáfrica), el G20, el G7 y otros para fortalecer el compromiso y las acciones para el desarrollo de nuevas vacunas contra la tuberculosis.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión