Vacunación, sentido común y educación sanitaria. "Lo que hemos aprendido durante la pandemia no se nos debe olvidar porque es aplicable no solo ante el coronavirus", resume la doctora Teresa Cenarro, pediatra del Centro de Salud de Sagasta, ante un previsible aumento de las consultas por virus respiratorios este otoño e invierno. 

Desde la Asociación de Pediatría de Atención Primaria de Aragón constatan que los procesos víricos tradicionales han vuelto. En los últimos dos años, se había vivido una situación "curiosa e inesperada". Gracias a las medidas de protección personal y al distanciamiento social, parecía que la covid hubiera barrido de las consultas el resto de patologías (bronquitis, faringitis, laringitis...) que este año -el primero sin medidas restrictivas o de protección desde el inicio de la crisis sanitaria- ya empiezan a asomar la cabeza en las consultas de Atención Primaria. 

"La vuelta de las vacaciones comenzó tranquila, pero este martes fue ya el reflejo de lo que ha debido estar pasando estos días: han vuelto a circular muchos procesos respiratorios y hay mucho cuadro catarral, con congestion nasal y tos. También mucha laringitis y algún cuadro gastrointestinal. Pero predominan de forma mayoritaria los catarros, las laringitis y los procesos bronquiales", explica esta pediatra del centro de salud de Sagasta. 

Aunque no hay un calendario "fijo" para los tradicionales virus respiratorios, que se habían desplazado en el tiempo en los últimos dos años, esta pediatra señala cómo están volviendo a recuperar los periodos de incidencia habituales, lo cual se ha constatado ya en el hemisferio sur y se espera que ocurra también aquí. "Parece ser que en Australia, Argentina y otros países que terminan ahora su invierno están volviendo los calendarios habituales. Los expertos dicen que los virus van a volver a su sitio acompañados del coronavirus, y lo que ha pasado en Australia es que ha habido un pico importante de gripe. No más grave, pero sí que el grupo más afectado es por debajo de los 5 años, lo cual es extrapolable a lo que se espera que ocurra en España", advierte esta doctora, que hace un repaso del calendario "vírico" que se avecina. 

En septiembre, señala, es la época de los rinovirus, que provocan catarros con congestión nasal. Octubre y noviembre es el periodo frecuente de las laringitis (debido al virus parainfluenza) y, posteriormente, en el mes de diciembre, comenzaría a causar estragos el virus sincitial respiratorio, que produce en los mayores un proceso gripal y en los pequeños se manifiesta con la temida bronquiolitis. Todo ello, recuerdan los especialistas, en convivencia con la covid-19, cuyos porcentajes de vacunación infantil en Aragón, aunque por encima de la media en España, del 46%, parecen haberse estancado "en torno al 60%" en la Comunidad, según indica esta pediatra. 

Los últimos datos publicados en el portal de transparencia del Gobierno de Aragón reflejan que solo un 46,35% de los niños de 5 a 11 años tienen la pauta completa de la vacuna contra la covid-19; porcentaje que aumenta al 88,42% en el grupo de edad de entre 12 y 19 años.

"A diferencia de los adultos -matiza esta pediatra- los niños no están muy bien vacunados del coronavirus, una infección que se está demostrando que provoca un cuadro más leve en la infancia, aunque todavía no sabemos qué niños tienen una susceptibilidad especial o son más propensos a que se les pueda complicar", apunta Cenarro, en un intento por concienciar a las familias de la importancia de seguir el consejo de sus pediatras a este respecto. En su caso, lo tiene claro: "Ya que disponemos de una vacuna que es segura y con escasos efectos secundarios, lo ideal sería que todo el mundo esté vacunado porque así podremos evitar las formas graves de la enfermedad, que es el objetivo de estas vacunas", subraya. 

Mascarillas en espacios cerrados si se tienen síntomas

A esta recomendación que suscriben desde la Asociación de Pediatría de Atención Primaria de Aragón se suman otros consejos de fácil seguimiento, pero que exigen dedicarles un pensamiento por parte de las familias (y no solo de los más pequeños) ahora que se han relajado todo tipo de restricciones y medidas en la mayoría de espacios cerrados. 

"Los niños son muy responsables, pero esto va para todos. Cuando tengamos síntomas respiratorios que podamos contagiar a otros, es importante colocarse la mascarilla, sobre todo en sitios cerrados o con personas vulnerables", aconseja la doctora Cenarro, que insta a no perder las "buenas costumbres" y a lavarse frecuentemente las manos (ya sea con jabón o gel hidroalcohólico), ventilar con frecuencia las aulas o entornos laborales y llevar mascarilla -en el caso de los niños mayores- siempre que se tengan mocos para evitar contagiar a los de alrededor. "Estas medidas sirven con todos los virus respiratorios, y en otoño e invierno es importante que cuando vayamos a estar en un ámbito cerrado como es el escolar o el trabajo con estos procesos se coloque uno la mascarilla y evita contagiar a su entorno. No son malos hábitos, y deberíamos seguir haciéndolo", afirma esta pediatra.

En relación a la posibilidad de llevar al niño enfermo al colegio, cuestión que no estuvo exenta de polémica durante la ola de ómicron del pasado invierno, Cenarro apela al sentido común y a la responsabilidad de las familias, si bien cree también que se debería apoyar más la conciliación para evitar que un niño que está con síntomas catarrales acuda al colegio medicado. "En el caso de la gripe, al ser los niños grandes transmisores, cuando más contagian es con el proceso inicial febril. Lo ideal en estos casos es que un niño que está con fiebre o muchos síntomas se quede en casa. Pero para eso las medidas de conciliación que tanto se apoyaron al principio de la pandemia deberían seguir existiendo porque hay veces que los padres no saben cómo gestionar eso. Sería interesante facilitar esas medidas (teletrabajar los padres o cambiar los turnos...) como se hizo durante la pandemia", concluye esta pediatra.