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Los mejores ejercicios para evitar trombos en las piernas

A la realización de actividad física en general, se suman otros ejercicios sencillos que se pueden hacer en casa para evitar la trombosis.

Persona haciendo deporte.
Persona haciendo deporte.
Pixabay

Todos somos conscientes de la importancia para la salud de salir a caminar, correr o, simplemente, dar un paseo con regularidad. Todos los días. La comunidad experta recomienda como mínimo 30 minutos de deporte diario. Sus beneficios compensan cualquier esfuerzo. No solo es importante hacer ejercicio para tener un físico adecuado, sino con el objetivo a largo plazo de evitar enfermedades o, en su defecto, paliar los síntomas de estas si son inevitables. Una buena alimentación y el abandono de vicios como el tabaco o el alcohol también es un asunto vital a la hora de sortear dolencias.

En cuanto a la trombosis, manifestada en coágulos sanguíneos que interrumpen el flujo normal de sangre hacia el corazón, existen ejercicios concretos de cara a evitar su aparición o agravamiento. Esta se produce habitualmente en las piernas. Se trata de un enfermedad común, y hay personas propensas a sufrirla por su condición genética. Además, causas como el tabaquismo influyen en su desarrollo. A continuación, enumeramos una serie de ejercicios fáciles de hacer en casa, de manera frecuente, y que ayudan a mejorar la circulación de la sangre.

Ejercicios de pierna sencillos para hacer en casa

  • Ubicarse en una silla cómoda con las rodillas a 90º. El ejercicio consiste en elevar la punta de las pies, activando el tibial anterior (músculo situado en la parte anterior de las espinillas). A continuación, con las puntas de los pies sobre suelo, se elevan los talones para activar la zona del sóleo y el gemelo.
  • Posteriormente, se realizan movimientos laterales de las piernas, elevando éstas a la misma altura. En esta posición, la actividad se puede realizar moviendo los dos pies al mismo tiempo o por separado: acción del pie hacia delante y hacia atrás (simulando pisar un acelerador), alternando las piernas. Asimismo, se mueven los pies en sentido de las agujas del reloj y en sentido contrario.
  • Para el siguiente ejercicio se debe colocar una almohada o pelota entre las piernas, y ejercer a continuación una leve presión durante unos seis segundos con las dos piernas hacia dentro. Después, se vuelven a relajar. 
  • El siguiente ejercicio requiere, en la misma posición -sentados en la silla-, la elevación de piernas con rodillas hacia el pecho. Aquí es importante evitar la intervención de otros grupos musculares, por lo que conviene mantener la espalda recta, apretar el abdomen y activar únicamente las piernas.
  • En la posición anterior, otro ejercicio adecuado consisten en extender las piernas hacia delante, con el condicionante de llevar la punta del pie hacia nosotros.
  • Levantados, sujetándonos con las manos a la parte trasera del respaldo de la silla, se elevan los talones (con las espalda recta) y nos ponemos de puntillas. Subimos y bajamos, apoyando la planta del pie en el suelo.
  • En esta misma posición, cambiamos el ejercicio a movimientos laterales. Es decir, flexionando la rodilla de la pierna de apoyo, elevando la punta del pie contrario y realizando el movimiento con la pierna hacia afuera. Estos movimientos de pierna se puede realizar también hacia atrás.


En estos últimos casos, es importante no balancearse para evitar la incorporación de otros músculos al ejercicio. En cada sesión, lo adecuado es realizar tres series de cada actividad, entre ocho y 15 repeticiones. Para que la efectividad de los ejercicios aumente, y de verdad el cuerpo humano sienta mejoría y capacidad de prevención, lo ideal es hacer tres sesiones al día.

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