Estas 9 cosas le ocurren a tu organismo cuando consigues dejar de fumar

Diez años después de dejar el tabaco, el organismo estará recuperado al completo, como si nunca se hubiese probado un cigarrillo.

El tabaco con aromas resulta más atractivo para los jóvenes.
Hay estudios que señalan que disminuir la cantidad de tabaco no reduce el riesgo cardiovascular y coronario, por lo que hay que dejar este hábito por completo
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Con la llegada de las vacaciones, con el cambio de estación, con el año nuevo... cualquier pretexto es bueno para dejar de fumar, uno de los propósitos más repetidos a lo largo del año. Aunque solo un 5% de los fumadores que se propone dejarlo lo consigue, nunca está de más intentarlo, pues son muchos los efectos perjudiciales que el tabaco tiene en la salud, como el aumento del riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y respiratorias.

Aunque siempre conviene visitar al médico de familia o a un especialista para que explique las pautas que conviene seguir a la hora de abandonar el hábito tabáquico, la motivación es, probablemente, lo más importante en este proceso. Conocer los cambios que experimenta el organismo puede ser un buen empujón para abandonar definitivamente el cigarrillo.

En media hora desciende el ritmo cardiaco y mejora la presión arterial. En ocho horas el nivel de oxígeno en sangre vuelve a la normalidad y la nicotina desaparece también del torrente sanguíneo. En dos días se recupera el gusto y el olfato. En dos semanas, la circulación y la función pulmonar mejora. La ansiedad y las ganas de fumar casi desaparecen por completo. Un mes después el riesgo de infecciones respiratorias también ha disminuido notablemente, además de desaparecer la congestión nasal y la tos. A los seis meses, la piel ha recuperado brillo y elasticidad, se respira mucho mejor y ya no se echa de menos el cigarrillo. Pasado un año, el riesgo de padecer un infarto se ha reducido a la mitad y las posibilidades de recaer en el tabaco son casi inexistentes. En cinco años, el riesgo de enfermedad pulmonar se ha reducido a la mitad y las probabilidades de sufrir una patología cardiovascular son las mismas que las de una persona que nunca haya fumado. Transcurridos diez años, el cuerpo se habrá recuperado como si nunca se hubiese fumado nunca.- Ir al suplemento de salud 

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