Los centros de salud aragoneses han administrado ya 198.858 vacunas contra la gripe, de las cuales el 74 % (148.053 dosis) se corresponde con la población mayor de 65 años.

La campaña de vacunación antigripal de esta temporada comenzó el pasado 29 de octubre, con un total 260.000 dosis a disposición de la ciudadanía de la Comunidad autónoma que formen parte de los grupos para los que está recomendada.

La campaña finalizó el pasado 14 de diciembre, si bien hay vacunas disponibles en los centros de salud hasta finales de febrero, para que cualquier persona incluida en los grupos en los que está recomendada pueda inmunizarse, recuerdan fuentes del Gobierno de Aragón en una nota de prensa.

En las vacunas administradas hasta la fecha, la cobertura entre los mayores de 65 años, el grupo de riesgo más numerosos, oscila entre el 47% del sector Zaragoza II y el 64% de Calatayud, según los diferentes sectores sanitarios.

Los grupos para los que la vacuna está recomendada son todas las personas mayores de 65 años y los menores de esta edad que presenten alguna patología de riesgo -enfermedades pulmonares, cardiovasculares, metabólicas, hepáticas, renales, neurológicas o neuromusculares; trastornos con disfunción cognitiva; asplenia, hemoglobinopatía o anemia; patologías que producen inmunosupresión; obesidad mórbida; implante coclear; o cáncer.

También se recomienda, entre otros, a las mujeres embarazadas (independientemente de la edad de gestación), a personas que pueden transmitir la gripe a personas de alto riesgo -profesionales sanitarios, trabajadores de instituciones geriátricas o en centros de cuidados de enfermos crónicos, así como cuidadores principales de estas personas, y estudiantes en prácticas en centros sanitarios-. También a otros grupos como profesionales de servicios esenciales a la comunidad y trabajadores de explotaciones avícolas y porcinas o en contacto con aves silvestres.

Como novedad, este año se incluyeron tres nuevos colectivos en las recomendaciones de vacunación: las personas celiacas, los afectados por fístula de líquido cefalorraquídeo y también los que tengan diagnosticada una enfermedad inflamatoria crónica (intestinal y artropatías).

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