Adelgazar sin dieta es posible gracias al 'mindful eating'

La alimentación consciente es una tendencia para aprender a relacionarse con la comida de manera sana. Así debes aplicarla.

Al comer fuera de casa solemos excedernos en las cantidades y en la ingesta de calorías.
Si se come en grupo, el 'mindful eating' te propone que siempre acabes en último lugar para comer despacio.
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Siempre parecen existir motivos por los que hacer dieta: la 'operación bikini', la vuelta a la rutina en septiembre, paliar los excesos tras las comidas navideñas... Sin embargo, son muchas las personas reacias a seguir estos dictámenes alimentarios pero que si que quieren llevar una vida saludable. Aprender a relacionarse de forma sana con la comida podría ser la solución adecuada para aquellos que desean entender bien la alimentación. Eso propone el 'mindful eating', una tendencia con la que se puede adelgazar para siempre sin hacer dieta.

El 'mindful eating' es la alimentación consciente que tiene su origen el 'mindfulness' , práctica que ayuda a combatir el estrés y a reducir los niveles de azúcar en sangre. Para llevarla a cabo, hay que prestar atención a cómo y para qué se come, y no tanto a lo que se esta comiendo. Hay que atender a las sensaciones físicas, como el hambre y la saciedad, y a las emociones. Así, esta tendencia, mucho menos perjudicial que la 'ketodieta' y la 'lengua del diablo' que están entre las peores dietas para perder peso, completa el aspecto psicológico de la alimentación, más descuidado cuando el hambre emocional es gran responsable de la obesidad.

¿Cómo se aplica el método?

No comas si no tienes hambre. Para ello, hay que preguntarse "¿para qué voy a comer?". La respuesta decidirá la siguiente acción. Si es por aburrimiento, enfado, estrés o soledad no se debe comer. Olvida también los platos grandes, la decoración con motivos gastronómicos y estas otras cosas que nos impulsan a comerLa clave, un vaso de agua. Tomar un vaso de agua antes de comer sacia y calma la ansiedad. Además, ayuda a perder peso porque reduce las calorías de los alimentos. Sin embargo, es preferible evitarla durante el resto de la comida.  Saborea cada bocado. Hay que disfrutar de la sensación de los alimentos en la boca y de esa forma, conseguir todos los beneficios de masticar despacio. Para practicarlo, uno de los ejercicios de este método consiste en comer una mandarina, una patata, un puñado de pasas, una onza de chocolate y una aceituna en 20 minutos, para poder reflexionar sobre la comida.  Come desconectado y de todo. A la hora de comer, distracciones fuera. El ordenador, el móvil y la televisión deben quedar fuera de esta particular cita con la comida. Además, no hay que renunciar a ningún alimento, si no comerlos en cantidades más pequeñas. En grupo, acaba siempre al final. Cuando comas en grupo, intenta ser la última persona en acabar. Así te aseguras de masticar despacio y saborear la comida. Recuerda que también es posible comer sano fuera de casa. No hay que olvidarse de realizar 30 minutos de ejercicio diario y dedicar 15 minutos a la meditación para obtener unos resultados más beneficiosos. 

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