Guardias médicas a 100 kilómetros de distancia de la cárcel de Daroca

Personal sanitario de este centro penitenciario de Aragón denuncia la situación en la que se encuentran debido a la falta de médicos y a la distancia geográfica que les separa del hospital de referencia.

Imagen de archivo de la cárcel de Daroca.
Imagen de archivo de la cárcel de Daroca.
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Son muchas las cárceles de toda España que enfrentan carencias de personal como consecuencia de no tener una "buena política de sustituciones", pero en el caso de la de Daroca, a esta problemática se añade otra: la distancia geográfica que separa al centro penitenciario del médico de guardia o del hospital de referencia, el Miguel Servet de Zaragoza.

"Hasta el 2013 estuvimos haciendo guardias físicas tanto médicos como enfermeras las 24 horas, porque el centro está ubicado muy lejos de centros hospitalarios. Dependemos del Miguel Servet que lo tenemos a más de 80 kilómetros y, en caso de urgencia grave, nos viene la uvimóvil de la base de Calatayud que tarda de media más de tres cuartos de hora", denuncia el personal sanitario consultado de la cárcel de Daroca.

La crisis y los recortes provocaron que la situación cambiara el 1 de enero de 2013, cuando se estableció un sistema de guardias mixtas por el cual en horario de tardes solo hay una enfermera en la cárcel para prestar asistencia sanitaria entre semana y un médico localizo por las noches, pero a 100 kilómetros de distancia si hay una urgencia. "Aquí tenemos la problemática de que la mayoría del personal vivimos fuera de Daroca, un pueblo de menos de 3.000 habitantes, y hay días que los enfermos tienen la asistencia del centro a más de 80 kilómetros por una medida económica. Estamos lejos del centro penitenciario a la hora de dar una atención primaria de urgencia", lamenta el personal sanitario.

El problema de la falta de profesionales, a juicio de la doctora Carmen Hoyos, médica de prisiones y coordinadora del grupo de relaciones laborales de la Sociedad Española de Sanidad Penitenciaria, no es exclusivo de las cárceles aragonesas, como la de Zuera y la de Daroca. Se trata de una situación que arrastran desde hace años diferentes centros penitenciarios, desde Estremera (Madrid) a Lanzarote, pasando por Ocaña 1 (Toledo), donde estuvieron 25 días sin asistencia médica, según denuncian las mismas fuentes, que alertan del "grave" problema que esto genera.

"Por un lado -argumentan- la situación afecta a la asistencia de la población privada de libertad, pero también está teniendo unas connotaciones profesionales muy graves y está provocando que haya colectivos, como el de enfermería, que tengan que asumir competencias para las que no están autorizados ni preparados", advierte esta doctora.

A juicio de los profesionales consultados, la falta de médicos en prisión está salpicando también a los centros de salud de las comunidades autónomas que "en muchísimos momentos están viendo cómo son requeridos para realizar actuaciones en el centro penitenciario estando fuera de sus competencias". Así lo indica una sanitaria de la cárcel de Daroca, quien informa de que la problemática en el centro se agrava por la distancia que les separa. "En enero vinieron la médica y la enfermera del centro de salud de Daroca para una urgencia, y estaba una enfermera sola en el centro. En casos así se deja desatendido el pueblo de Daroca y todos los que lleve su consultorio, porque están en la cárcel atendiendo a los presos. Estamos en una situación muy complicada, quitando medios a la Comunidad (mientras es Instituciones Penitenciarias quien tiene que dotar de personal a la cárcel), y la única solución que vemos es la transferencia sanitaria", defiende.

Guardias de enfermería con un médico localizado

Entre tanto, y desde mediados de agosto, cuando se jubilaron dos médicos cuyas plazas no fueron cubiertas, en la cárcel de Daroca se realizan guardias mixtas con una enfermera en el turno de noche y un médico localizado en su domicilio. "Por las tardes, a partir de las 15.00, se queda solo una enfermera de guardia física y el médico a 100 kilómetros -fines de semana y festivos también-. Aunque se normalizara la situación, debido al cambio de guardias, por las noches toda la asistencia médica está localizada en sus domicilios, no hay nadie en el centro", apostillan.

En la actualidad, según informan fuentes del centro penitenciario, hay tres médicos en plantilla -cuando deberían ser seis- y siete enfermeras -una de baja y otra de excedencia cuya plaza está sin cubrir- para atender a más de 360 internos. "Ante cualquier urgencia estamos solas por la tarde y son todo órdenes telefónicas; además, al estar situada la prisión a 80 kilómetros de un centro de referencia la asistencia se puede demorar mucho y el médico también. Aquí tendríamos que estar personal suficiente para dar una Atención Primaria las 24 horas del día, y es lo que no está cubriendo la dirección", que depende del Ministerio del Interior, subrayan las mismas fuentes.

En consecuencia, el personal de enfermería consultado lamenta no poder dar una "una asistencia de calidad a los internos" y defienden que al estar "tan aislados geográficamente" debería haber personal las 24 horas del día, y no localizados en sus casas. "Hay situaciones que son muy urgentes, pero otras se podrían solventar en la misma prisión de haber médico. Mientras no haya personal suficiente estamos haciendo uso de la comunidad autónoma y negándole esa asistencia sanitaria a las personas que no están en la cárcel", lamenta indignado el personal consultado, pues consideran que al final "la persona no importa, solo son números, estadísticas y poco más", denuncian queriendo dar visibilidad a esta realidad.

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