Si hay un alimento que parece ser sinónimo de salud en el marco de una dieta sana ese es el aceite de oliva virgen extra. De hecho, estudios recientes han relacionado su consumo con la posibilidad de prevenir ciertos tipos de cáncer, como el de mama. ¿Debemos primar por ello el cocinar y freír en la medida de lo posible con este tipo de aceite? ¿Cuáles son sus beneficios? “El aceite de oliva es un aceite vegetal, cuya principal propiedad beneficiosa es su elevado aporte de grasas insaturadas, como omega-3, omega-6 y ácido oleico”, señalan fuentes del Colegio Profesional de Dietistas-Nutricionistas de Aragón.

Este tipo de grasas, sin embargo, son las mismas que encontramos también en alimentos como los frutos secos, el pescado, el huevo y algunas carnes.

Antes de hacer su recomendación a la hora de elegir un aceite para el cocinado, los nutricionistas aclaran que todo depende del uso que le vayamos a dar y de la relación 'coste-beneficio'. Por ejemplo, en el caso de utilizarlo en crudo, ya sea para preparar una ensalada o aliñar cualquier otro plato, indudablemente los expertos apuestan por el aceite de oliva virgen extra. "Este tipo de aceite es el que mejores propiedades nutricionales nos va a aportar; pero si lo que voy a elaborar es una fritura, ésta no sería la mejor opción ni por coste, ni por rendimiento del aceite, ya que su composición hace que humee a bajas temperaturas y los compuestos beneficiosos para la salud se degradan pronto”, aclaran los expertos.

En estos casos, cuando lo que queremos es hacer una fritura, los nutricionistas aseguran que el aceite más adecuado, de acuerdo a diferentes estudios, sería un mono insaturado, como los alto oleico o cacahuete, o un aceite de oliva refinado; incluso el girasol puede ser, a juicio de los nutricionistas, una buena opción en estos casos.

Por último, conviene tener en cuenta que el aceite, como grasa que es, contiene un elevado aporte energético y, por tanto, “su uso debe ser moderado para evitar problemas de sobrepeso”.

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