¿Alergia o resfriado?

Los síntomas de la alergia y el resfriado tienden a confundirse. Los alergólogos de Aragón nos dan las claves para diferenciar estas patologías.

El polen de las especies vegetales provoca muchas alergias al llegar la primavera
Una 'app' que identifica la alergia que tiene el usuario

Ni todos los estornudos son por alergia, ni todos deben asociarse a un resfriado. La sintomatología entre una y otra patología muchas veces tiende a confundirse, pero existen algunas claves que, según los especialistas, pueden ayudar a diferenciarlas:


La alergia nunca cursa con fiebre. Son muchos los síntomas que acompañan esta enfermedad tan molesta para quienes la padecen de año en año, si bien nunca se ve acompañada de fiebre. Por el contrario, los resfriados -al relacionarse con infecciones- sí pueden provocar cuadros febriles en función de la gravedad con la que se manifiesten. La rinorrea alérgica es acuosa y transparente, provoca un tapón nasal y la pérdida olfativa. Cuando sentimos que se nos cae la "moquita", estamos probablemente ante uno de los síntomas más comunes de la alergia primaveral. Así lo indica la alergóloga Nieves Segura, quien explica que a diferencia del resfriado -cuando el moco es purulento y se manifiesta con un color verdoso que indica infección-, en el caso de las alergias se trata de una secreción nasal líquida y clara "como el agua". Picor de ojos. Este es otro de los síntomas más comunes en los pacientes alérgicos al polen que sienten como si tuvieran una especie de "arenilla" en el ojo, lo que les provoca una lloradera continua si están expuestos durante un tiempo a este.  Tos seca y persistente. En este caso, advierte la doctora, nada tiene que ver con la tos desencadenada por un catarro, que suele acompañarse de flemas. En el caso de las alergias, el paciente sufre una tos soca y persistente, que puede derivar en una crisis de asma alérgica si se ve acompañada de una sensación de falta de aire. Picor de paladar y de oídos. Es otra de las claves para reconocer a un paciente alérgico. Pues, además de los anteriores síntomas, se enfrenta a este malestar añadido. Una cucharada de leche tibia con miel o bien un helado -al llegar la primavera- ayudaría a aliviar este síntoma.

Desde el punto de vista médico, la principal recomendación para estos pacientes es la "evitación alergénica", si bien aseguran que es complicada en el caso de los pólenes cuando el evitar entrar en contacto con estos no depende tanto de uno mismo como de la climatología. De ahí que muchas personas precisen para "sobrellevarlo" un tratamiento farmacológico sintomático, bien para mitigar la rinitis, el asma o el picor de ojos. "La vacuna siempre que se pueda poner es lo más correcto porque evita los cuadros más graves, pero no todos los pacientes son candidatos a recibirla ni te inmuniza al 100%", advierte la doctora Segura. 


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