Si en algo coincide el sentir de los padres es en querer educar a sus hijos de la mejor forma posible. Por eso, son muchos los que se molestan en sondear distintos métodos o técnicas de crianza con el fin de conseguir que su hijo crezca sano y feliz. 

Existen varias corrientes educativas en salud en la actualidad, aunque la mayoría se pueden adscribir a dos filosofías contrapuestas. Una de ellas, la más moderna, es la que parte de las recomendaciones de la OMS y que comparten otras organizaciones internacionales como Unicef. Esta escuela lanza unas recomendaciones generales sobre la importancia de la lactancia materna y del contacto piel con piel, entre otras cuestiones, sobre las que gira todo el proceso de crianza, en el cual los progenitores participan de una forma muy activa. Es precisamente eso lo que se busca: fortalecer la capacidad de la familia para que procure los cuidados a sus hijos.

Uno de los principales representantes de esta corriente, teniendo en cuenta el éxito y la repercusión de sus libros, es el pediatra Carlos González.

Su punto de vista se opone al de otros métodos más conductistas y estrictos. Estos parten de opiniones de profesionales que establecen unos parámetros más rígidos de comportamiento para los padres y para los hijos. Se trata de inculcar determinados hábitos a los más pequeños con el fin de potenciar su autonomía en la vida cotidiana y, en muchos casos, facilitar la labor de los padres a la hora de alimentar o acostar a sus hijos. Para ello, se establecen unas directrices comunes que indican a los padres exactamente lo que tienen que hacer.

Entre los nombres más conocidos en defensa de esta filosofía se encuentra el del doctor Eduard Estivill. Sus obras y su método para enseñar a dormir a los más pequeños han tenido una importante repercusión.

Es difícil evaluar cuál funciona y cuál no, pues todo depende de diversos factores, así que es cuestión de que cada uno haga su elección personal.

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