Puericultura

Los bebés, siempre limpitos, pero sin excesos

La higiene es importante para la salud, pero si se extrema en los primeros años de vida puede provocar un exceso de alergias, ya que genera deficiencias en las defensas del organismo. Lo mejor, seguir unos sencillos hábitos cada día.

Es mejor duchar que bañar a los niños para proteger la grasa natural de la piel
Los bebés, siempre limpitos, pero sin excesos
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Cada vez se escucha con más frecuencia que el exceso de la higiene en los niños aumenta los casos de alergias que se padecen en el primer mundo, debido a que la exposición a los microbios ambientales es escasa durante los primeros años de vida. Por tanto, se crean deficiencias en la defensa del organismo, lo que se conoce como 'respuesta inmunitaria alterada', en la que también incide el uso de antibióticos y las vacunas. Pero, ¿hasta qué punto la limpieza de los niños puede convertirse en un problema?


"La salud que disfrutamos actualmente es debida a la buena higiene. En los países donde esta no es óptima, el número de enfermedades es mucho mayor. La limpieza en las casas, en la alimentación, en el sector sanitario, en los colegios, además de la presencia de antibióticos y vacunas, ha hecho que enfermedades como la gastroenteritis, la neumonía o las infecciones respiratorias no solo hayan disminuido sino que son más leves", señala la doctora Nieves Caballo Roig, pediatra del centro de salud de Embajadores de Madrid. "Sobre todo, hay que tener cuidado con los niños menores de tres años, cuyo sistema inmunitario es, todavía, inmaduro", agrega la experta, que opina que unos cuidados normales sirven para evitar la transmisión de los virus con hábitos sencillos, como el lavado de manos con agua y jabón después de ir al baño, de estornudar, de cambiar un pañal o después de sonarse la nariz.

Un día sí, un día no

El exceso de higiene sí se relaciona con la aparición temprana de la alergia y, también, con la posibilidad de que los niños con tendencia a la dermatitis la desarrollen, cuando se les lava en exceso.


El doctor Marcel Íbero, presidente de la Sociedad Española de Inmunología Clínica y Alergia Pediátrica, apunta que "en un ambiente de asepsia, con ausencia de gérmenes, rodeados de una higiene excesiva, con tanta esterilización como hay, vacunados de todo y sin riesgo de infecciones, se provoca que su sistema inmunológico no active el mecanismo de defensa, sino que se favorezcan las alergias".


Lo usual es la ducha diaria, la limpieza bucal tres veces al día y el lavado de cabello tres veces a la semana. Pero las duchas de los niños pueden ser también interdiarias, si no han sudado o se han ensuciado mucho, siempre que se preste especial atención a zonas del cuerpo delicadas, como el prepucio y la vulva, que sí que se deben limpiar todos los días.


Con respecto al lavado de cabello tres veces a la semana, la doctora Caballo explica que es suficiente, porque, además, en contra de lo que creen muchos padres, el champú no previene los piojos. "El único método para evitarlos es revisar periódicamente la cabeza, buscando liendres, sobre todo en la zona de la nuca y detrás de las orejas", afirma.


Mejor la ducha

Según la pediatra "es mejor duchar que bañar, para no eliminar la protección de la grasa natural de nuestra piel. Esto es importante, porque los niños que tienen tendencia a la dermatitis tendrán más posibilidades de desarrollarla si les lavamos en exceso, ya que el uso de jabón y el agua también alteran la capa lipídica que protege la piel".


El exceso nunca es recomendable. "Tiene que haber un equilibro porque evitar por todos los medios el contacto con los gérmenes es meter al niño en una burbuja", dice el doctor José Mesino, pediatra del hospital Campo Grande de Valladolid. "Necesitan estar en contacto con el ambiente para desarrollar sus defensas. Siempre habrá enfermedades porque los virus mutan, pero los niños sobreviven a pesar de los padres", agrega.


Hay que jugar con arena

Algunos, incluso, no llevan a sus peques a los parques o les prohíben jugar con la arena por miedo a que los gérmenes puedan enfermarlos. "Ese tipo de actitudes son excesivas. Jugar con la arena es beneficioso para su desarrollo psicomotor, les estimula y les permite divertirse. Simplemente, hay que estar vigilantes y evitar que se lleven a la boca las manos sucias", matiza la pediatra.


Evitar el exceso de higiene por parte de los padres debe empezar en los primeros meses de vida del niño. "Hay padres que a pesar de que su niño ya tiene 12 meses y está en contacto con todo, continúan esterilizando el biberón; y esto ya no es necesario", mantiene la doctora. "Para un bebé nacido en un medio como en el que vivimos es suficiente con lavarlo bien con agua y jabón o meterlo en el lavavajillas, ya que esterilizarlo ocasiona que el intestino esté aislado de todo tipo de bacterias", añade.


En resumen, el consejo general de los expertos es que una higiene normal es siempre mejor que excedernos en los cuidados.


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