Como vacas sagradas

Una bici, en el paseo de la Independencia
Una bici, en el paseo de la Independencia
P.F.

En pocos años ha proliferado la circulación de bicicletas y patinetes eléctricos por la ciudad, a la que ciudadanos y viandantes se han tenido que amoldar. 

Todo lo que es circulación de automóviles y motos cuenta con un control exhaustivo del cumplimiento de sus normas correspondientes, con multas impuestas por cualquier descuido o contingencia circunstancial, pero en lo relativo a bicicletas y patinetes no hay apenas medidas de control ni normativas.

Los vehículos de movilidad personal deben usarse correctamente pero eso aún depende sólo del criterio del usuario, y al no ser obligatoria la matriculación, no puede identificarse a quien cometa una infracción. Así vemos que bicicletas y patinetes eléctricos cruzan semáforos en verde para los peatones; no respetan pasos de cebra; acceden a la circulación por las aceras; si hay un incidente con atropello pueden escapar del conflicto, y en general cuentan con unas licencias que parecen incuestionables. Como si fueran ‘vacas sagradas’ de nuestros tiempos.

Está el problema de que la normativa en relación a estos vehículos no es uniforme para todo el país. En unas comunidades se pide casco para sus conductores y en otras no; en unas hay control de velocidad de patinetes y en otras no; en unas hay normas sobre el uso y obligaciones como conductores de estos vehículos y en otras la permisividad es total. A nivel de país se debería exigir su matriculación, como se exige a las motos, que paguen impuesto de circulación como pagan el resto de los vehículos de movilidad, y que suscriban un seguro de responsabilidad civil, que ahora se exige incluso para mascotas como un caniche.

Sobre todo, debería exigirse el cumplimiento de las normas de tráfico igual que se exige a todos los demás. La modernidad no puede tener distinto rasero entre unos vehículos de desplazamiento cuya correcta utilización sólo depende del criterio del usuario, y la obsesión sancionadora con el resto de los vehículos. ¿Los peatones no deben estar igualmente protegidos con independencia de los medios de transporte que utilicen los conductores?

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos por Magdalena Lasala en HERALDO)

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