En un escenario nacional de paralizante polarización política y profundas tensiones territoriales, Jorge Azcón ha aprovechado su primer discurso institucional del Día de San Jorge para realizar una defensa rotunda de la Constitución y el Estatuto. «Nadie tiene derecho a arrebatarnos la nación y la democracia», ha afirmado el presidente. Ha recogido así el testigo de su antecesor en el Pignatelli, Javier Lambán, que en un gesto inusual de grandeza política ha ofrecido a su sucesor «todo mi apoyo y toda mi colaboración». Aragón solo seguirá avanzando si prima la unidad de acción sobre las legítimas diferencias ideológicas.

El expresidente Lambán, Medalla de Aragón 2024, ha advertido que el rumbo marcado en la Transición está «en riesgo de torcerse», motivo por el que ha pedido a los aragoneses que se conviertan «en adalides de la defensa de la Constitución, el Estatuto de Autonomía y los valores heredados de la Transición». El mismo mensaje ha lanzado el presidente Azcón, a quien incluso se le ha quebrado la voz al elogiar al líder socialista, en una imagen insólita en un tiempo de crispación política.

Occidente viene sufriendo un deterioro moral en el ejercicio de la política que tiene que ver con la crisis del sistema de representación, la profesionalización de los propios políticos, la traición de muchos de ellos a sus creencias en nombre de sus intereses, la partidocracia y el distanciamiento de las instituciones respecto a los ciudadanos. Sin embargo, siempre hay actitudes ejemplares que vivifican lo mejor de la democracia. Aragón, que tradicionalmente se ha caracterizado por el entendimiento y el pacto, ha vuelto a ser modelo de ‘juego limpio’ en este Día de San Jorge.