Por
  • Belén Grana

Un motor de cambio y de eficiencia

Inteligencia Artificial
Inteligencia Artificial
H. A.

La inteligencia artificial (IA) está evolucionando a un ritmo vertiginoso, impulsando transformaciones en todos los ámbitos, desde lo cotidiano en la vida de las personas hasta lo estratégico y operativo en las empresas. Concretamente la inteligencia artificial generativa (IAG), una de sus áreas más prometedoras, emerge como un desafío y una oportunidad sin precedentes para muchos sectores.

La inteligencia artificial generativa se distingue por su capacidad de crear contenido nuevo y original, a diferencia de la IA tradicional que se centra en analizar y procesar información. Su llegada ha supuesto un antes y un después, abriendo un abanico de posibilidades inimaginables y planteando nuevos retos, ya que especialmente en determinados sectores está siendo determinante en su propuesta de valor.

La inteligencia artificial ya no solo está presente en los dispositivos más sofisticados, sino que se ha integrado de manera sutil en nuestro día a día, hasta el punto de que muchas veces ni siquiera nos damos cuenta de su presencia.

Convivimos con ella y está permeando cada vez de manera más natural en la vida de las personas. Nos facilita la vida y nos hace ganar tiempo, nos ayuda a tomar decisiones más eficientes, nos sugiere en base a nuestros gustos y preferencias, optimiza nuestros hogares e incluso puede monitorizarnos para mejorar nuestra salud.

"La IA ofrece beneficios que revierten en procesos optimizados, mejores decisiones y una reducción de costes"

En definitiva, casi sin darnos cuenta la IA está transformando la forma en que vivimos y nos relacionamos con el mundo que nos rodea.

En el ámbito empresarial, la IA principalmente se está empleando para automatizar tareas, analizar grandes conjuntos de datos, predecir comportamientos o desarrollar nuevos productos y servicios, entre otros aspectos. Prácticamente en todas las áreas que encontramos en una empresa, la IA ofrece beneficios que revierten en procesos optimizados, mejores decisiones y una reducción de costes.

Todo esto abre un horizonte de oportunidades para impulsar la innovación y la eficiencia en las organizaciones.

Actualmente, en la mayoría de las empresas el valor de la IA principalmente se vislumbra como soluciones concretas que dan respuesta a una necesidad específica, pero el gran reto del futuro será integrarla en la estrategia de las organizaciones. Y esto implicará realizar cambios profundos en los procesos, desarrollar nuevos roles, crear nuevas estructuras organizativas y adoptar nuevas formas de trabajar.

Pero la implantación de soluciones y herramientas de IA implica importantes desafíos para las empresas. Al igual que cualquier otra herramienta, depende de la calidad de los insumos que recibe para generar resultados confiables y útiles. Es por ello por lo que la calidad, el origen y el tratamiento del dato se convierten en pilares indispensables para poder abordar la IA de manera efectiva.

Por otro lado, las empresas tampoco están exentas de desafíos éticos y legales que deben abordarse con cuidado, como los sesgos algorítmicos que pueda contener el diseño de las soluciones, la protección de los datos y la responsabilidad en el uso de los algoritmos. Así que será fundamental que se establezcan principios éticos claros para el desarrollo y uso de la IA dentro de una empresa.

Y más allá de la propia implantación tecnológica y sus particularidades, para poder capitalizar los beneficios de la IA, tendremos que hacer frente a uno de los retos más complejos, las personas, que conforman y dan vida a una organización.

Para muchos directivos, la IA sigue siendo un concepto abstracto y complejo, lo que genera dudas sobre cómo implementarla de forma efectiva.

El potencial de esta tecnología es tal que debemos tener en cuenta que puede disrumpir significativamente la forma en que las personas trabajan, las habilidades que necesitan y los procesos que se utilizan.

Según Gartner, para el año 2026, más de 100 millones de personas trabajarán con ‘robocolegas’ (colegas virtuales) y, para 2033, las soluciones de IA generarán más de 500 millones de nuevos puestos de trabajo.

Los líderes deben prepararse, planificar bien cómo transformarán sus procesos y cómo capacitarán a sus equipos. La implementación de la IA de manera consciente y con visión de futuro será clave para el éxito a largo plazo. Pero es fundamental adoptar un enfoque equilibrado que reconozca tanto los beneficios como los desafíos en cada empresa.

En resumen, la IA, junto con la IA generativa, se presenta como un motor de cambio y eficiencia. Las empresas que estén preparadas para adaptarse y aprovechar este potencial tendrán una clara ventaja competitiva.

Pero la IA no solo tiene el potencial de transformar la forma en que vivimos y las empresas en las que trabajamos, también puede ayudarnos a abordar grandes retos que afrontamos como sociedad. Desarrollar nuevas soluciones para combatir el cambio climático, mejorar la atención médica o garantizar una educación accesible y de calidad son algunos ejemplos. Por lo que puede ser una gran aliada si la utilizamos de manera responsable y ética.

*Directora de Icemd-Instituto de Innovación de ESIC

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