Una visita al Acuario de Zaragoza

Acuario de Zaragoza
Acuario de Zaragoza
Camino Ivars

Reconozco que no debo de ser un buen zaragozano, pues hasta hace sólo unos días no había visitado el acuario de la ciudad que se inauguró en el recinto de la Expo 2008 con motivo de la exposición internacional que se celebró en nuestra ciudad aquél año.

Ahora, y como alumno de un curso sobre ecosistemas fluviales que he seguido en la Universidad San Jorge, lo he ido a visitar, como excelente complemento físico y visual a la asignatura. Y fue, para mí, una grata sorpresa conocer tan magnífica instalación, de la que bien puede presumir nuestra ciudad y estar orgulloso el equipo de profesionales que allí trabajan minuciosa y científicamente con peces de toda clase de especies, tamaños y colores, y también con anfibios, insectos, reptiles y pájaros que conviven en tales ecosistemas. Llega su virtuosismo hasta el amaestramiento de algunas especies. Creo que todos los zaragozanos deberíamos dedicar unas horas a la visita de este equipamiento público de gestión privada que pone a nuestra disposición el conocimiento de la fauna piscícola que puebla los grandes y más pequeños ríos del mundo, ya que se trata de un acuario de agua dulce, uno de los mejores de Europa y que se mantiene - ¡oh, sorpresa! – sin ninguna clase de ayuda pública, pese a tratarse de un centro educativo que difunde y defiende los valores de la biodiversidad.

El acuario recoge los 6.000 peces de que dispone agrupados en función de 5 grandes ríos del mundo: el Nilo, donde pueden admirarse un par de enormes cocodrilos, el Mekong, en el sudeste asiático; el Amazonas, con su enorme cuenca de más de siete millones de kilómetros cuadrados, el australiano Murray-Darling y, cómo no, el Ebro. Todos los continentes representados. Pueden verse, además, algunos notables reptiles, aves exóticas, batracios, etc., que conforman los diversos ecosistemas de los ríos presentados en 70 acuarios-escaparate.

Muy interesante el recorrido, ambientado con una iluminación y decoración muy conseguida, creo que es una visita indispensable para niños, escolares y para cuantos deseen acercarse a contemplar la vida que navega por los ríos del mundo y sus alrededores.

Y todo ello atendido por un grupo de profesionales en los que ha de destacarse una dedicación intensa y exquisita que nos mostraron su pasión e implicación en la biología y costumbres de estos animales, vocación que comparten con tareas de investigación, recuperación de especies y proyectos conjuntos con otros acuarios a lo largo y ancho del mundo.

La verdad es que sale uno sorprendido de lo que allí ha encontrado, del mimo con que se lleva la gestión del complejo y de que nuestra ciudad disponga de un equipamiento tan interesante que, sin duda alguna, merece nuestra visita.

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos por José Luis de Arce en HERALDO)

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