‘Égalité’ e igualdad

‘Égalité’ e igualdad
‘Égalité’ e igualdad
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Me impone respeto la naturalidad con la que Francia ha incorporado a su Constitución el derecho al aborto. Con un sólido respaldo parlamentario y también popular según las encuestas. Que, sin embargo, no sirve para aclarar una ruta repleta de claroscuros. Porque se nublan los perfiles de legítimos derechos entrecruzados.

La reconocida, abanderada y admirada ‘égalité’ en el frontispicio republicano francés ofrece una sombra de duda en el complejo entramado de respetos. Al fin y al cabo, derecho, derecho a la vida –por otro lado, también consagrado–, habría de concedérsele al mismo tiempo a aquel sobre quien se decide sin su consentimiento si es apreciado o no, si merece vivir o no. Dilema que adquiere poso en la nueva redacción de la carta magna francesa. Con el objeto reconocido, además, de frenar alternativas ideológicas contrarias al aborto, que se supone que en un régimen de libertades habrían de merecer al menos el mismo respeto que las que lo defienden. Porque lo que no resuelve la puesta en marcha de esta iniciativa, sin duda, es el legítimo derecho a discrepar sobre una cuestión fundamental.

Quebrar la igualdad, de una u otra forma, ha adquirido protagonismo político. La pasmosa iniciativa de amnistía promovida desde el Ejecutivo español resquebraja los principios que sostienen un aspecto fundamental de los acuerdos democráticos. No resulta fácil ni cómodo tener que salir en defensa de una propuesta poco sostenible: sin bagaje jurídico, con escaso respaldo popular y con el escueto apoyo –aritmético, no moral– de la camaradería del Congreso. Y contemplar de paso el regodeo de quien aprieta cada vez la hebilla deleitándose sin pudor en la cesión bochornosa de quien no se cansa de entregar.

Analizar la manera en la que se teje el entramado político e intentar separar el interés general de lo que solo satisface las atenciones partidistas aliviaría el desapego general hacia quien gobierna y oposita. A los que se les pide la atención a las necesidades comunes, con espíritu de servicio y, desde luego, asentados sobre la igualdad.

Miguel Gay Vitoria es periodista

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos por Miguel Gay en HERALDO)

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