Nuestras fuerzas de seguridad

Protesta de guardia civiles y policías nacionales pidiendo la equiparación salarial celebrada en Madrid.
Protesta de guardia civiles y policías nacionales pidiendo la equiparación salarial 
Borja Sanchez-Trillo/EFE

La equiparación salarial de las fuerzas nacionales de seguridad con los cuerpos de seguridad autonómicos y locales lleva reclamándose hace más de una década. 

En 2018 el Ministerio del Interior firmó con los representantes de la Policía Nacional y la Guardia Civil un acuerdo de equiparación salarial respecto a mossos de esquadra, ertzaintzas y policías forales que incluía crear una ley para evitar desigualdades salariales entre cuerpos policiales de cara a futuro. Hoy, las diferencias salariales con el mismo trabajo y las pérdidas económicas al acceder a la jubilación siguen existiendo, y los cuerpos nacionales han salido a la calle una vez más para defender sus reivindicaciones legítimas. Parece que en este país las demandas, al final, tienen que conseguirse saliendo a la calle.

Su primera reclamación es que se reconozca su profesión como de riesgo, igual que se reconoce a mineros, personal de vuelo de trabajos aéreos, trabajadores ferroviarios, artistas, profesionales taurinos, bomberos, ertzainas y policías locales. Es incomprensible que una profesión donde para el desempeño de su labor los trabajadores han de llevar pistolas y defienden la seguridad de otros con sus vidas, no se reconozca que es de alto riesgo. Además de la discriminación frente a las policías locales y autonómicas, el reconocimiento o no del riesgo laboral conlleva la correspondiente compensación económica y poder acceder a la jubilación antes y con mejor pensión.

No se entiende que el Gobierno no acceda a las reivindicaciones que plantean y que son lícitas; evitar desigualdades y desequilibrios entre ciudadanos debería ser su objetivo ineludible. La Policía Nacional y la Guardia Civil son los garantes de la seguridad de los ciudadanos y deben estar pagados sin discriminación comparativa y dotados con los medios suficientes para el desempeño de su misión.

¿Cómo no reconocer que es una profesión de riesgo, cuando en 2023 hubo 16.762 agresiones a policías nacionales y guardias civiles, y en lo que va de 2024 ya han muerto 4 guardias civiles? 

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos por Magdalena Lasala en HERALDO)

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