Por
  • Rosa Palo

Los mares del Sur

Algunos detalles de la foto modificada de Kate Middleton
Algunos detalles de la foto modificada de Kate Middleton
HA

Cuando bebo, veo al rey de Inglaterra. No es que siempre que me coja una curda se me aparezca un royal, sino que tengo un posavasos con la cara del monarca y, cada vez que levanto el vaso de agua, ahí está el tío. 

Lo que no sabemos es dónde está su nuera, ni tampoco por qué intentan convencernos de que se encuentra bien mostrándonos imágenes manipuladas por alguien que aprendió Photoshop con un curso a distancia de CCC. Y mira que, sororas como somos y sometidas a la tiranía estética como estamos, podemos entender que un flequillo masacrado con las tijeras del pescado en un día autodestructivo sea motivo más que suficiente para que esconder la jeta durante una temporada, pero aquí hay gato encerrado. O gata.

Lo que ha dejado claro el asunto de las fotos es que mucha inteligencia artificial, mucha manipulación y mucha mandanga, pero nada supera a un ejército de cotillas dispuestos a examinar las imágenes con mayor precisión que con la que los historiadores del arte diseccionan ‘El matrimonio Arnolfini’, de Van Eyck: que si la única luz encendida del candelabro simboliza que Dios bendice el matrimonio, que si a través de la ventana se ve un cerezo como alegoría del amor o que si mira quiénes aparecen reflejados en el espejo. Por cierto, la estudiosa Margaret Koster elaboró en 2003 una nueva teoría según la cual el cuadro fue pintado al año siguiente a la muerte de la esposa por encargo del marido, que quería rendirle homenaje. Vaya. La mujer que nunca estuvo allí. Como dijo Herman Melville, solo hay dos lugares en el mundo en los que una persona puede desaparecer por completo: los mares del Sur y la ciudad de Londres.

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