Un hito chiripitifláutico
Si todo va como está previsto hoy, se aprobará la llamada ley de amnistía. No tengo una bola de cristal pero, mientras escribo estas líneas, el ‘éxito’ de la votación en el Congreso se da por seguro. Todos los flecos que quedaron pendientes en la derrota anterior parece que se han resuelto.
Los socialistas de Sánchez han cedido por enésima ocasión ante las exigencias de Puigdemont y compaña. Así, la llamada ‘coalición progresista’ del Gobierno liderado por Sánchez, junto con PNV y Junts (dos partidos radicalmente conservadores y ‘supremacistas’), conseguirán sacar adelante una de las obras jurídicas más controvertidas en la historia de nuestra democracia.
La propaganda oficial se deshace en contar y cantar los muchos beneficios que va a producir. Pero a nadie se le escapa la gran mentira sobre la que se ha construido. Hablando con algunos socialistas de carnet (buenas personas e inteligentes), convencidos del error de esta ley y de sus muchos defectos, se encogen de hombros y tragan. Desde su perspectiva toca resistir. Es su partido y han de aguantar en él hasta que caiga Sánchez. Sólo unos pocos se atreven a discrepar en público. Lambán en esto ha sido ejemplar. Hay que felicitarle, como a otros que también han puesto el dedo en la llaga. Sin embargo, quizá les toca dar un paso más y no seguir sólo quietos en su mata, esperando que lleguen tiempos mejores. No se entiende que prefieran seguir en el carril del PSOE de Sánchez, tapándose la nariz, a plantarse.
Se narcotizan argumentando que la alternativa de gobierno del PP y de Vox es muchísimo peor. Con esa falacia dan por buena cualquier treta de su líder. Pero al resto de la sociedad no nos vale que se queden en su trinchera resistiendo. Sabiendo lo que saben, reconociendo como reconocen las incontables trapacerías de su secretario general, identificando la insoportable podredumbre moral que están extendiendo por la sociedad española… no vale sólo tragar. De hecho, se atragantan cuando en el horizonte se vislumbra que el clan de los Pujol será exonerado de su años de "organización criminal, asociación ilícita y blanqueo de capitales"(Wikipedia ‘dixit’). O al constatar, como escribía Mikel Iturbe el pasado domingo, que "no existe ni arrepentimiento ni petición de disculpas por el desafío secesionista y, desde luego, tampoco aparece por ninguna parte una voluntad de reparación que busque la construcción de un clima de lealtad".
Hoy, 14 de marzo de 2024, pasa a ser un hito de nuestra historia reciente. Hemos entrado en otro nivel del videojuego del Congreso de los Diputados. Estamos a punto de cambiar de pantalla. Esto es lo más ‘chiripitifláutico’ del asunto. Bolaños, como avatar del ‘Capitán Tan’, se encarga de la pantomima. Es extravagante, surrealista y absurdo por su exceso. Tiene un toque de ficción política e irrealidad. Es una situación extremadamente peculiar y poco convencional. Si Rubalacaba levantase la cabeza creería estar en un sueño, en una sorpresa desconcertante. Es chiripitifláutico en tanto se desafían las normas y expectativas de manera fantástica. Queda mucho por ver, necesitaremos tiempo, como pide Bolaños, para saber si resucitan al ‘Profesor Sanchezstein’, su ayudante Amanda y el monstruo Luis Ricardo y aplican aquello de "cantidubi dubi dubi cantidubi dubi da ¡ya!". Por cierto, hace veinte años José Luis Rodríguez Zapatero ganó las elecciones generales en España por primera vez. Ahí empezó el barro…
Chaime Marcuello Servós es profesor de la Universidad de Zaragoza
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