El vigésimo aniversario de los atentados del 11-M

Una ceremonia presidida por el Rey y otros actos organizados por las instituciones y por las asociaciones de víctimas recordarán hoy, con dolor y cariño, a los fallecidos y a los heridos en los atentados del 11 de marzo de 2004, el más sangriento ataque terrorista perpetrado no solo en España sino en Europa. 

Al cumplirse el vigésimo aniversario, la sociedad española y europea debe mostrar su unidad y estar preparada para defender sus valores y forma de vida frente a un fanatismo que sigue activo.

Hoy hace veinte años, terroristas inspirados en una concepción fanática y errada del islam hicieron estallar diez bombas en cuatro trenes de cercanías de Madrid. El múltiple atentado, que segó 193 vidas y dejó casi dos mil heridos, fue el más cruel y terrible cometido en Europa en una campaña de ataques yihadistas dirigida contra Occidente y que afectó a diversos países del continente. Y que ha continuado después y, desgraciadamente, aunque haga algún tiempo que no se producen grandes atentados, sigue vigente. La amenaza del fanatismo no ha desaparecido, y obliga a que los Estados y las sociedades continúen alerta, a través de sus servicios de seguridad e información, para contrarrestarla. La ceremonia en la que hoy participarán los Reyes, el presidente del Gobierno y representantes de la Comisión Europea, y los homenajes de las asociaciones de víctimas y de otras instituciones servirán para recordar a quienes perdieron la vida ese día y para acompañar a sus familias y a las personas que todavía sufren secuelas a causa del atentado. Los españoles deben afrontar la memoria de la tragedia de Atocha con un espíritu de unidad en el dolor y en el recuerdo. Y con la determinación de defender, junto a Europa, los principios y valores de la libertad, la democracia y la convivencia.