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Cartas al director de HERALDO: Mauricio Aznar, corta vida, una gran huella

Mauricio Aznar, corta vida, una gran huella
Mauricio Aznar, corta vida, una gran huella
Luis Correas

Mauricio Aznar, corta vida, una gran huella

El músico Mauricio Aznar Müller nos dejó cuando solo contaba con 36 años. Su imagen, al estilo de James Dean, grandes tupés y música rockabilly. Como homenaje, la ciudad de Zaragoza inauguró una calle con su nombre en el barrio de Casablanca, donde en 2004 se le dedicó un busto. 

Y a tiempo real tuvimos, este pasado día 15 de febrero, el preestreno de la película ‘La Estrella Azul’, con una minialfombra roja y una imagen hecha en cartón que representa a Mauricio con su bicicleta, delante de las maravillosas escaleras que suben a las Salas Palafox. Cines emblemáticos de la ciudad. Y el 23 de febrero (fecha significativa, en especial para su pensamiento), su estreno oficial en ciento cincuenta salas de cines de toda España. Espero que en su ciudad esta película sea la más taquillera. Si nos remitimos a su trayectoria, en el año 1984 Mauricio Aznar crea Más Birras, el grupo con el que alcanzaría un sólido prestigio. Tuvo un tema, ‘Al este del Moncayo’, que no tardó en ser popularizado por Héroes del Silencio. Debo reconocer que sé mucho de su trayectoria y de su interés por el tango de Argentina. Pero antes de morir, entregó un libro con poemas manuscritos a Javier Barreiro; y dejó compuestas una veintena de canciones inéditas junto a su amigo íntimo y colaborador desde la infancia Gabriel Sopeña. La película tributo a Mauricio, ‘La Estrella Azul’, fue rodada en 2020 y 2021. Dirigida por Javier Macipe, se presentó en el Festival de Cine de San Sebastián.

María Luisa Alonso Alcalá. ZARAGOZA

Nosotras, cuerpo; ellos, cabeza

En los últimos dos años el Ayuntamiento de Zaragoza ha instalado dos esculturas nuevas en los paseos de la Gran Vía y de Fernando el Católico. La primera, que se inauguró el 25 de julio de 2022, es un busto, más bien sólo cabeza, y está dedicada a Ramón y Cajal. La segunda, subiendo hacia la plaza de San Francisco, se inauguró casi un año después. Representa el cuerpo de una mujer desnuda ‘corriendo’, según indica el título. Ambas esculturas están realizadas en bronce, ambas se erigen sobre una peana… y hasta aquí llegan las similitudes. Que las esculturas dedicadas a hombres ilustres sean bustos no es ninguna novedad. Sólo hay que recorrer nuestra ciudad para ver los innumerables bustos de hombres que hay, todos con nombre y apellidos, incluyendo a veces una inscripción con sus importantes acciones. Simbólicamente nos transmiten la superioridad intelectual, moral y de acción de los hombres en nuestra sociedad. Resulta trabajo imposible encontrar bustos de mujeres ilustres en nuestras calles, pero nosotras también estamos en las esculturas de la ciudad. Eso sí, en este caso como cuerpos sin nombre y apellidos, como este cuerpo femenino que corre por el paseo, desnudo y expuesto para el placer visual de los hombres: ‘Mujer corriendo’. Por cierto, las mujeres no corremos así, desnudas y con los brazos abiertos para que se vean bien nuestros encantos. Estas esculturas hacen que su mensaje llegue a hacerse imperceptible, pero transmiten una forma de violencia simbólica contra la mujer de la que apenas somos conscientes, pues de modo sutil reproducen las eternas discriminaciones de género. El espacio urbano es así un campo del poder patriarcal, y nos transmite que los hombres son los únicos que merecen ser admirados, mientras que las mujeres existen como cuerpos sin nombre para el placer erótico-visual de los hombres. Además, la falta de representación de modelos femeninos encomiables deja a las mujeres y a las niñas sin referencias propias, haciéndolas sentir marginadas y poco reconocidas.

Lola Roldán. ZARAGOZA

Miedo a envejecer

Un titular dice: "El miedo a envejecer es ahora cosa de jóvenes". El miedo de los viejos no es ese, tal vez es el único miedo que no tenemos, porque ya hemos envejecido. Pero tenemos muchos más: miedo a la soledad, a enfermar, al dolor, a la pérdida de la pareja, a la muerte, que no está lejos. Ser joven es un privilegio, pero no dura siempre. Los jóvenes nos miran a los viejos como si tuviésemos la culpa de nuestra edad. Más de una vez he oído a algunos jóvenes decirle ‘puto viejo’ a una persona de edad avanzada por el solo hecho de interrumpirles el paso.

Martina Pellejero Cuéllar. ZARAGOZA

Hablando de mascarillas

Por mi empresa, tengo relaciones con una empresa china cuyos dirigentes nos han visitado en alguna ocasión en Zaragoza y siempre se han ido encantados de la ciudad. Recién instalada la covid entre nosotros, nos llamaron para ofrecernos mascarillas, cosa que, como es natural, aceptamos y en menos de cuatro días tuvimos encima de la mesa un pequeño paquete con quinientas de las azules que de inmediato entregamos al 061 de Fraga, servicio en el que mi hija es médico, donde las recibieron con alegría porque apenas disponían de ellas. Ya sé que no es lo mismo quinientas mascarillas que doscientos cincuenta millones, pero esta anécdota no deja de demostrar que no era un gran problema conseguirlas y que había personas, chinas y españolas, dispuestas a colaborara sin aprovecharse. Y aunque no hay que demonizar a nadie, al fin los negocios son los negocios, los hay normales y los hay abusivos y a todos hay que pasarlos por el tamiz de la ley y de la empatía social.

Mario Giménez Casado. ZARAGOZA

Ordenanza de movilidad

Prepara el Ayuntamiento de Zaragoza la ordenanza de movilidad. Debate reservar plazas junto a los colegios para aparcar –¡qué lejos queda lo de ir andando al colegio!–, la instalación de carriles multiusos para reparto, la movilidad de bicis y patinetes o los aeropuertos para drones. Pero no veo que piensen en la limitación de velocidad a 30 km/h de calles cercanas a zonas escolares, sin determinar un tramo horario, por lo que si circulamos a las 12 de la noche, los fines de semana o en agosto nos pueden multar. Tampoco debaten la posibilidad de compartir el tranvía y el bus la plataforma del tranvía. Espero que la nueva ordenanza solucione problemas y no nos cree más.

Juan Cajal Pérez. ZARAGOZA

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