Por
  • Luisa Miñana

Historia nuestra

Una ruta recrea en Zaragoza la historia del Cinco de Marzo.
Una ruta recrea en Zaragoza la historia del Cinco de Marzo.
Oliver Duch

La festividad laica que hoy celebramos en Zaragoza conmemora el rechazo popular del intento de tomar la ciudad por parte de las tropas carlistas, en el contexto de la I Guerra Carlista, el 5 de marzo de 1838.

 Recordamos, pues, un acontecimiento histórico por pertenecer al pasado y por la relevancia que la propia ciudad, declarando festivo el día desde el año siguiente a los hechos, concedió a una acción colectiva por la libertad de la ciudad. Desde nuestra perspectiva de ciudadanos del siglo XXI, ese es el legado a mantener y transmitir, pues nuestra historia es lo que ha ocurrido junto a otros, trayéndonos hasta el presente.

El pasado despierta siempre interés, incluso fascinación. Hoy proliferan los eventos evocadores de épocas pretéritas, en especial del medievo. En las librerías, la novela histórica sigue disfrutando del favor del público. Sin embargo, paradójicamente, la Historia se jibariza en los planes de estudio. Fiesta y literatura incorporan lícitamente elementos de ficción, que nos ayudan a evadirnos del tiempo presente, aunque pueden, tanto como vehicular el conocimiento de los hechos históricos, distorsionarlos. A la memoria se la engaña con facilidad. Sin embargo, «el acontecer de la historia es el acontecer del estar en el mundo» (Heidegger), superando el mero acercamiento estético a la memoria. Para no extraviarnos, necesitamos una Historia robusta y con metodología científica en su conocimiento. En palabras de Julián Casanova, «algún tipo de verdad sobre el pasado es posible, aunque no sea la verdad absoluta, y por eso merece la pena luchar por descubrirla».

Luisa Miñana es escritora

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