Ejemplares políticos y políticos ejemplares

El ministro de Presidencia, Félix Bolaños
El ministro de Presidencia, Félix Bolaños
EFE

Koldo García es más delincuente que Carles Puigdemont. Por eso el Gobierno trata de castigar al primero, vulgar chorizo, y de resarcir al segundo, héroe equivocado.

En diciembre, el triministro Bolaños García (Don Félix, según se firma), calificaba la ley de Amnistía en curso, pactada glotonamente por el Gobierno Sánchez con los patriotas prófugos: "Sobre esta ley de amnistía les tengo que decir que hay cero preocupación de la Comisión Europea sobre la salud y la fortaleza del Estado de Derecho y la separación de poderes en España. Cero preocupación, cero, ninguna".

En febrero, sin embargo de asertos tan taxativos, la gran mayoría de los eurodiputados ha decidido hacer oficial su mosqueo al respecto. En su virtud, en el informe oficial sobre la situación del Estado de Derecho en los países miembros (primera condición de pertenencia a la Unión Europea), se dedicará un apartado especial a la ley de amnistía que se tramita en Madrid por orden de Sánchez. Y no se ganó la votación por los pelos: fueron 374 votos frente a 113 (y 45 en blanco). La Eurocámara no las tiene todas consigo, porque también allí son conocidos las cualificadas señales de alerta emitidas en España por asociaciones de ciudadanos, jueces, fiscales, abogados y profesores de leyes. No se adivina cómo el hiperministro pudo cuantificar como ‘cero’ el interés europeo por la cuestión. Está siendo examinada por la Comisión Europea e incluso por la Convención de Venecia, ajena a la UE, a donde la ha llevado el Senado español, de dominio ‘popular’.

Por su parte, los cinco magistrados que en el Tribunal Supremo se encargan, en el máximo nivel, de las causas penales, acaban de decir que al pintoresco prófugo de Waterloo apuntan indicios combinados de que fue impulsor, jefe y partícipe directo desde su fundación de la organización separatista catalana Tsunami Democràtic, la cual incurrió en varias acciones calificables sin duda de terrorismo callejero, asimilable a la ‘kale borroka’ de estirpe etarra. Son treinta y dos folios que vale la pena leer. Claro que sus razonados asertos no son concordes con la opinión expresada luego (el viernes) por el archiministro Bolaños: "La decisión del Supremo es arrogarse la investigación de este fenómeno. Lo que no hizo es calificar ningún hecho como terrorismo, sino, insisto, asumir la investigación de unos hechos que, como su propio auto dice, se pueden calificar en diferentes delitos". Dice tal cosa tras haber leído atentamente –es de imaginar– el auto. No tiene desperdicio y no le falta sarcasmo: evoca los antecedentes doctrinales concordes explicados en su día por la anterior fiscal general del Estado, (Delgado García, doña Dolores).

Se hizo famoso un lapsus de María Dolores de Cospedal, primera autoridad en Castilla-La Mancha y (casi) en el PP. Dijo por dos veces (en 2012 y en 2015) que se proponía ‘saquear’ la comunidad autónoma, queriendo significar que la quería ‘sacar’ de atolladeros.

Más crudo ha sido el error, de apariencia asombrosamente freudiana, en que, durante las elecciones de julio pasado, incurrió un socialista, candidato a edil en la sevillana localidad de Guillena, el cual prometió públicamente a los jóvenes de la localidad: "Y no os vamos a follar". Resultó elegido por sus aliviados votantes.

El lapsus más celebrado del poliministro Bolaños sucedió el 13 de noviembre del año pasado, cuando afirmó, en su habitual tono contundente, lo que sigue: la de Amnistía "es una ley que presenta el Grupo Socialista absolutamente convencido de que es impecable desde el punto de vista inconstitucional". De inmediato, y sin alterarse, añadió "impecable desde el punto de vista constitucional". Don Sigmundo habría emitido juicio sabroso sobre el caso, por tener el aspecto de un ‘Fehlleistung’ o acto fallido, un desliz involuntario por el que la voluntad consciente del sujeto fracasa ante la fuerza de su inconsciente.

En febrero, el multiministro votó donde no debía; ocupó, ignórase por qué, el sitio vacío de la vicepresidenta Díaz López (Yolanda), que le precede en rango y estaba en otros quehaceres. El tablero electrónico dio un total de votos aritméticamente correcto; pero sus algoritmos elementales acreditaron un voto más de los debidos en la cuenta parcial de Sumar y, en consecuencia, uno menos en la del PSOE. El pluriministro envió a toda prisa un escrito a la presidenta del Congreso, excusándose por el descuido. Mensaje curioso en donde ser otorgó el tratamiento de ‘Don’ a la vez que lo negaba a la propietaria del escaño usurpado, tratada meramente de ‘diputada Yolanda etc.’

Es más difícil ser un político ejemplar que un ejemplar político y es notable que el ministro Bolaños pueda, según él mismo, figurar en ambas listas

Ejemplares

El tan ministro Bolaños, a las 9.55 horas del 28 de febrero, dijo esto al pleno del Congreso: "Y lo que tenemos la obligación todos los servidores públicos que nos consideramos ejemplares es de absolutamente ser implacables con la corrupción".

Hasta hoy no constaba que un político (ni nadie serio) se refiriese a sí mismo como ejemplar. Pero ahí queda eso.

Entre tanto, los filamentos de la koldomadeja han empezado a envolver a un buen montón de ejemplares políticos, empezando por la presidenta Armengol. Que, en efecto, es un notable ejemplar.

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos por Guillermo Fatás en HERALDO)

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