Por
  • Jesús Soria Caro

De mí, para ti, por todos

Fernando Burbano era físico y matemático y sobre todo escritor de todos los géneros.
Fernando Burbano
Guillermo Mestre.

De mí, para ti, por todos’. Así se titula uno de los libros de Fernando Burbano, un poeta de verdad que no buscó el reconocimiento, el gregarismo del poder editorial que diluye la voz del creador. Se afirmó en su grito de silencio, en un ejercicio de diferencia más allá del teatro de los egos. 

No quiso ser reconocido si esto conllevaba anular su amor a la palabra en un registro blando, huyó de la publicidad, del falso éxito que reside en un lenguaje de palabras sin fuerza poética, debilitadas para el comercio editorial, para vender un producto fácil, para desnutrir la profundidad y la verdad de la poesía. Vivió como escritor en un continuo acto de rebeldía, en un ejercicio de conciencia crítica. Se autoeditó sus libros, pero su palabra fue tan libre como los pioneros de la aviación que recorrían vastos dominios sintiendo la libertad de lo infinito, la falta de suministros, de apoyo de la base, la belleza de la épica de quien se enfrenta a todo lo adverso.

Su vuelo, como el de Saint-Exupéry, le llevó a desaparecer en su propio ejercicio de independencia, pero queda el rastro, el misterio de su libertad, el paisaje del alma de alguien que denunció la violencia, la falta de solidaridad y que navegó los cielos de la duda existencial, de las grandes preguntas que gritan su silencio en la conciencia humana. Su creación, que es profunda y crítica, fue olvidada. Tuvo el valor de amar la poesía, de seguir escribiendo, leyendo, asistiendo a presentaciones. La poesía es esto; el verdadero amor a la palabra, la humildad. Somos todos los poetas tan solo una gota en el mar de muchos versos escritos entre todos, jamás un autor será por sí mismo el mar, todos somos el río que da lugar a ese océano de la poesía, que son todos los posibles versos que existen y existirán. Así ya, en el otro lado, en la orilla del silencio, se cumple en ti estos versos que dedicaste a tu amigo, el poeta Eugenio Cortés, siendo un buen epitafio: "Hoy eres lo absoluto sin retorno, / centro de la idea, color / en la eterna tempestad de las auroras […] / escuchando atento la lección magistral / del divino compás de sus silencios".

Jesús Soria Caro es poeta, profesor de Secundaria y doctor en Teoría de la Literatura

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