Cuando aprietan los tractores
Da pena ver salir a dar la cara a Félix Bolaños, que se confirma como ministro para todo y para nada, para anunciar que, ahora sí, los agricultores afectados por la sequía van a cobrar en un santiamén las ayudas que les corresponden.
¡Vaya, pues se podían haber puesto antes las pilas! Porque la sequía no ha empezado a apretar esta semana. Pero claro, lo que pasa es que ahora los que aprietan son los tractores –algunos descomunales, por cierto– en las carreteras y en las calles de toda España. Por supuesto, el ministro Bolaños insiste en que su Gobierno lo ha hecho todo bien, eso faltaba, y en que son el Gobierno más empático y más simpático que haya habido nunca hacia los agricultores: "El Gobierno de España es el gobierno de los ganaderos y de los agricultores, no hay ninguna duda". Pero se ve que los ganaderos y los agricultores o no se han enterado o sí tienen alguna duda. Así que ante la evidencia de unas protestas y unas reivindicaciones que, en lo principal, tienen razón y fundamento, el ministro se sale por la tangente y dice que se trata de movilizaciones de ámbito europeo. Vamos, que no son un problema del Gobierno de España.
Y es verdad que, en gran medida, las políticas que afectan al campo proceden de Bruselas, pero a los gobiernos nacionales también les corresponde su parte alícuota de responsabilidad. Al de Sánchez, la tractorada lo ha cogido con el pie cambiado. O más bien sin hacer pie en tierra firme, porque ya andaba medio en el aire intentando cuadrar el rompecabezas de la amnistía. Y cree que lo solucionará todo y que apaciguará las quejas, recordando los millones que ha repartido a los agricultores, cuando los problemas del sector tienen bastante más profundidad y probablemente requieren, además de diálogo, algún cambio de chip. En fin, se le complica la vida al Gobierno y a sus adversarios se les hace la boca agua.
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