Por
  • Eduardo Navarro Villarreal

El seguro agrario y su futuro

El seguro agrario y su futuro
El seguro agrario y su futuro
Heraldo

La agricultura y la ganadería son las actividades productivas más expuestas al clima, por lo tanto es imprescindible el seguro agrario y su ‘instrumento de gestión de riesgos’. Una herramienta que está presente en España desde hace 45 años, una historia de éxitos y trabajo constante.

Actualmente el seguro está pasando una crisis con consecuencias imprevisibles. No está adaptado al cambio climático, no cubre los objetivos para los que se creó, es decir, no es una herramienta capaz de mantener la continuidad de las explotaciones agrarias, y tampoco la consolidación del sistema de seguros agrarios.

Agroseguro es una sociedad anónima que se encarga de la contratación de los seguros agrarios en nombre y por cuenta de todas las entidades aseguradoras agrupadas: 17 compañías. El capital asegurado en 2022 fue de 16.232 millones de euros. En ese año, la siniestralidad pagada a agricultores y ganaderos fue de 810 millones de euros y en 2023, por primera vez, se superaron los 1.000 millones de euros.

Hasta hoy el seguro agrario cumplía mayoritariamente los objetivos de garantizar la estabilidad económica de las explotaciones. Y el apoyo público ha sido determinante (como política del Estado). La subvención se aplica directamente a la póliza. Pero de cara al futuro se debería abordar: 1.- El impacto del cambio climático en los sistemas agroalimentarios y la necesidad de adaptar los seguros agrarios en el contexto internacional ante la nueva realidad climática. 2.- COAG certifica que el cambio climático dinamita los pilares básicos del sistema de seguros agrarios español. 3.- Sin alimentación no hay vida, el ser humano tiene que comer. La superficie agraria útil representa más de 23 millones de hectáreas, prácticamente la mitad del territorio de España, en las cuales la agricultura y la ganadería son las actividades que más sufren el cambio climático. La gestión del seguro agrario debe garantizar la viabilidad de la explotación agraria.

Los efectos del cambio climático obligan a modificar el sistema de seguros agrarios para que continúe cumpliendo el objetivo de hacer posible la continuidad de las explotaciones

Hay que afrontar el reto buscando una herramienta potente que ayude a gestionar el riesgo. Hace falta una herramienta potente de política agraria favoreciendo el arraigo al campo de los jóvenes agricultores. Hay que incentivar el acceso generalizado al seguro, con fórmulas que contribuyan a la universalización y dispersión del riesgo. Y hay que ligar el seguro a las subvenciones que perciben los agricultores y ganaderos haciéndolo viable y sostenible, vinculando el requerimiento de la cobertura general para todos aquellos agricultores que perciben cualquier tipo de subvención pública.

Hasta ahora el agricultor o el ganadero había tenido una percepción aceptable de la relación entre lo que costaba el seguro y el beneficio que obtenía, sin embargo en los últimos años, ante el cambio climático y el aumento de los costes de producción, los daños son mayores, las garantías menores y el precio más elevado. Por esta razón, se hacen imprescindibles fórmulas que sean asumidas por el consorcio de entidades aseguradoras y mayor participación económica de las entidades públicas, que asuman los grandes siniestros provocados por el cambio climático, cuyos efectos rompen el funcionamiento de la herramienta de gestión de riesgos. Por ello hay que inducir a la creación de un fondo extraordinario creado por el Estado y la UE para responder al problema global que supone el cambio climático y sus costes.

Eduardo Navarro Villarreal es representante de COAG en el Consejo Económico y Social de España

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