El cocodrilo del Canal Imperial

Antón Castro presenta sus dos nuevos libros en la Sala Pilar Sinués del Paraninfo de Zaragoza
Antón Castro presentó sus dos nuevos libros en la Sala Pilar Sinués del Paraninfo de Zaragoza
Guillermo Mestre

Al tiburón del Huerva –cuya singladura contó aquí en una inolvidable columna Alberto Jiménez Schuhmacher–, y al escualo de Ricla, ambos en el Museo de Ciencias Naturales de la Universidad de Zaragoza, hay que sumar el cocodrilo del Canal Imperial, que no puede estar en un museo, ni en el Canal, porque fue un caimán de vida efímera, visto y no visto, según cuenta Antón Castro en la reedición aumentada y corregida de su clásico libro de relatos de 1998, “Los seres imposibles”, que ahora ha reeditado Prensas Universitarias de Zaragoza con magnífica portada de David Guirao, que camufla (hasta que lo ves) uno de los tigres de “Los felinos del sueño”. 

En su primera aparición aun no fungía el euro y muchos de los seres realmente hacían honor al epíteto de “imposibles”, lo cual no es extraño ya que el propio euro, la moneda, también lo era. Lo mismo les ha ocurrido a estos seres: el tiempo les ha dado cuerpo, presencia y realidad. Así, quien dudaba de los delfines en la Costa da Morte, luego se ha bañado con ellos. Lo mismo con los tigres y, por supuesto, con el cocodrilo del Canal Imperial. El ensalmo de la escritura vuelve real la quimera y hace verosímil lo que hace un cuarto de siglo fue solo imposible. El cocodrilo, un chico del barrio que aprendía para fotógrafo, volvió a su forma humana y –lo que tiene más mérito–, a desempeñar su oficio. Sea como chico o como saurio, el caso es que aguanta el tipo en este mundo. “Los seres imposibles”, que puntean todo Aragón, se presenta esta tarde en Barbastro, junto con el otro libro que ha publicado su autor: “Diálogos en cautividad”. Asistirá el cocodrilo.

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos en HERALDO por Mariano Gistaín)

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión