Por
  • Alfredo Ezquerro Solana

Dos cuadros para un solo altar

Iglesia de San Fernando de Zaragoza, desde dentro.
Iglesia de San Fernando de Zaragoza
Francisco Jiménez

Don Ramón Pignatelli (1734-1793), preclaro ilustrado aragonés, fue el principal impulsor del Canal Imperial de Aragón. Para sus obreros proyectó una iglesia que finalmente construyó su sucesor, el Conde de Sástago. Consagrada en 1802 bajo la advocación de San Fernando, fue ocupada por los franceses en 1808 y al final de la guerra estaba parcialmente destrozada. La Junta del Canal la reconstruyó en 1813, aunque se perdieron las pinturas de Goya que la adornaban.

Poco después, las instalaciones del Canal comenzaron a utilizarse como cuartel, hasta que en 1866 se ocuparon formalmente la mayoría de los edificios, incluyendo también la iglesia de San Fernando.

A mediados del siglo XIX y para sustituir al perdido lienzo goyesco del altar mayor, la Junta del Canal encargó un cuadro de San Fernando a Manuel Aguirre Monsalve. La obra fue ejecutada en 1853 y se acompañó en las capillas laterales por otros dos lienzos de fray Manuel Bayeu.

Dos imágenes de San Fernando presiden el altar de la iglesia neoclásica
dedicada a dicho santo

En 1966, los militares desocupan el Cuartel de Torrero y comienza el progresivo deterioro de sus instalaciones hasta que, en noviembre de 1970, un notable periodista, Juan Domínguez Lasierra, publica en HERALDO un impactante trabajo de investigación denunciando el "abandono inaudito" de la iglesia, convertida en un basurero y con los lienzos de Bayeu hechos jirones por los suelos. El de Aguirre Monsalve se había salvado "por su alta colocación en el altar mayor", según deducía el periodista, que acababa su denuncia lanzando una "llamada de socorro" para poner fin a tan lamentable situación.

La reacción oficial no tardó, y pronto comenzó el derribo del viejo cuartel para construir el actual Centro Regional de Mando, siendo reabierta la restaurada iglesia el 30 de mayo de 1984. Mientras se reparaba el templo, un notable pintor militar, Juan Bautista Topete, ponía en marcha el encargo que había recibido del capitán general para crear una serie de seis pinturas con las que adornar los muros del templo y entre ellas, la más importante, un San Fernando que presidiría el altar mayor. Hace unas semanas me recordaba la viuda del pintor, doña Magdalena, que "Juan se negó en redondo a recibir estipendio alguno por su trabajo, pero lo que sí recordaba era el intenso frío pasado en las duras jornadas invernales de 1983 pintando dentro de la iglesia".

Cuando en el año 2000 me hice cargo del Mando de Apoyo Logístico, nos propusimos celebrar el bicentenario de la consagración de la iglesia. La CHE nos ofreció su apoyo para organizar una exposición sobre las obras del Canal, inaugurada en mayo de 2002. Y fue durante los preparativos de la misma cuando volvió a surgir la duda sobre el paradero del cuadro de Aguirre, cuya pista se había perdido muchos años antes.

Gracias al comandante ingeniero Arturo Moya localizamos el cuadro en el antiguo Parque de Artillería, en un estado de conservación lamentable. Nos pusimos en contacto con el consejero de Cultura de la DGA, Javier Callizo, quien adoptó las medidas oportunas para su restauración. Finalizado ese excelente trabajo, el cuadro fue colocado en el altar mayor de la iglesia el día 30 de mayo de 2003, festividad de San Fernando.

Se nos presentó entonces el problema de buscar otra ubicación para el lienzo de Topete, pero resultó imposible encontrarla. Su elevado tamaño de 5x3 m exigía una pared que no pudimos localizar en los acuartelamientos de Zaragoza. El párroco de la iglesia de Santiago se ofreció a colocarlo en una de sus capillas, pero la cesión del lienzo presentaba diversos problemas jurídicos que nos obligaron a descartar su oferta.

Uno de ellos permanece oculto a la vista de los visitantes

Finalmente, optamos por una solución ecléctica: dejar el Topete en la misma situación en la que estaba y colocar el Aguirre Monsalve delante de él de modo provisional, presidiendo ambos el altar mayor. Pero ya se sabe que las soluciones provisionales son, con frecuencia, las que más duran, porque veinte años después el problema continúa sin resolverse. El cuadro de Aguirre preside el altar mayor y el de Topete está detrás de él, oculto a la vista de los visitantes. Debo por ello hacer un llamamiento a las autoridades competentes para que se corrija esta anómala situación. Con independencia de la solución que se adopte, resulta de todo punto imprescindible proceder a una profunda limpieza del lienzo de Topete cuyo estado de conservación, tras veinte años de estar oculto, es una verdadera incógnita.

Si no se pudiera encontrar para este cuadro una buena ubicación militar, templos tiene Zaragoza para recibirlo dignamente. Cualquier solución será mejor que la actual de condenar ‘in aeternum’ a una excelente obra pictórica, cuya contemplación no podemos hurtar a los aragoneses. El lienzo de Monsalve quedaría en la iglesia de San Fernando, declarada Monumento Histórico Artístico Nacional en 1978 y que ostenta desde 2003 el título de Real, concedido por S. M. el Rey Felipe V.

Alfredo Ezquerro Solana es General de División (R)

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