Subdirector de HERALDO DE ARAGÓN

Los demócratas que no condenan

Acto de EH Bildu en Pamplona
Acto de EH Bildu en Pamplona
Efe

Pamplona es una ciudad pequeña, manejable. Como en toda ciudad pequeña el personal se conoce. Quien más quien menos sabe la historia de su vecino, la de la familia de su vecino y la de los vecinos de la familia de su vecino. 

Por ejemplo, en Pamplona se comenta que el próximo teniente de alcalde del Ayuntamiento, una vez que se materialice la moción de censura a la alcaldesa de UPN, será José Abaurrea, un señor que se negó a condenar el asesinato del concejal regionalista Tomás Caballero en 1998. Abaurrea es puro Bildu. Frente a los intentos de blanquear a la antigua Herri Batasuna, este hombre tuvo el cuajo de abstenerse en la condena del tiro en la nuca a su compañero de corporación. Como seguro que ignoraba quién era Tomás Caballero y cuál fue su legado en Pamplona y en Navarra debió de pensar que el asunto solo era algo feo. Un muerto más por la causa. Veinticinco años después sigue sin condenarlo. El presidente del Gobierno de España prefiere darle la vara de mando municipal a este demócrata progresista antes que a un partido constitucionalista. Ni siquiera es una cuestión de asco y repugnancia. Qué clase de sociedad construimos y qué tipo de legado dejaremos si el presidente del Gobierno de España es incapaz de trazar una línea roja que separe el oprobio de la libertad, el odio de la esperanza, la violencia de la paz. Qué sentido antropológico descansa en quien considera que el acceso al poder legitima cualquier medio para lograrlo. Caballero se hubiera ido a la oposición. Esa es la gran diferencia.

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos en HERALDO por Santiago Mendive)

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