Por
  • José M.ª Cereza Abadías

La reintroducción del lince en Aragón

Lince en el Parque Faunístico Lacuniacha, en Formigal
Lince en el Parque Faunístico Lacuniacha, en Formigal
Parque Faunístico Lacuniacha

Con gran alegría he acogido la noticia de que el departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón anuncia, tras un proceso consultivo con el territorio aludido y con sectores implicados que realizará, la suelta de cuatro ejemplares de lince ibérico en la Sierra de Alcubierre y al sur de la cuenca del río Huerva, zonas que presentan una importante población de conejos.

Aragón se unirá así a las comunidades autónomas de Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha y Murcia en poseer este emblemático felino ibérico, aparte de Portugal.

La historia del lince ibérico en los últimos años es una historia de éxito, gracias a la reproducción de ejemplares de esta especie en varios centros de cría en cautividad (El Acebuche, en el Parque Nacional de Doñana, el Zoobotánico de Jerez, Granadilla en Cáceres, La Olivilla en Jaén y Silves en Portugal) y a las sueltas controladas, dando el magnífico resultado de que, habiéndonos visto en 2002 con menos de cien ejemplares, proyectamos este año hacia los 1.700 linces. El lince era uno de los felinos en el mundo en estado más crítico y, a lo largo de estos últimos años, ha abandonado esa preocupante situación.

La presencia del lince en tierras aragonesas dignificará nuestro biotopo de bosque mediterráneo y se unirá a la magnífica y admirada fauna que poseemos y que atrae a muchos observadores, turistas, fotógrafos nacionales y extranjeros, que aumentan cada año más y suponen una buena fuente de ingresos para muchas comarcas de nuestra tierra.

En Aragón podemos presumir de ejemplos de recuperación de especies como el quebrantahuesos (poseemos la mayor población de Europa de esta rapaz) y, a su vez, hemos tenido fracasos de gran resonancia, como la extinción del bucardo en el año 2000 y la extinción de la última osa autóctona, la recordada Canelle, por un incidente-accidente en una batida de caza en territorio francés.

La suelta de ejemplares de lince ibérico en dos zonas del territorio aragonés, según planea el Gobierno autonómico, supondrá un enriquecimiento de nuestro medio natural

Lo del lince daría más prestigio a nuestra naturaleza, que lo tiene y mucho, y esperemos que todos los agentes implicados del territorio vean con buenos ojos esta propuesta de Medio Ambiente, si bien con la difusión de la noticia ya han aparecido voces que se oponen o que no ven clara esta iniciativa.

Las veces que he viajado a tierras andaluzas y castellano-manchegas para observar y fotografiar linces, he podido comprobar el tremendo respeto que se les profesa y como presumen, los pueblos y gentes donde se asientan, de su presencia. Curiosamente muchos de los linces ibéricos se reproducen en libertad en fincas privadas, que entre muchos de sus aprovechamientos tienen el cinegético, con abundantes poblaciones de jabalíes, venados y otros ungulados. Se practican batidas y monterías... y el lince no es un problema para ello.

Y con respecto a la aplicación de restricciones a determinadas actividades en el medio natural, ya tenemos ejemplos en Aragón desde hace años en determinados lugares, por cría de quebrantahuesos, colonias de buitres u otras rapaces rupícolas, etc.

Dentro del programa Life Lynxconnect (proyecto de la Unión Europea con dotación de cerca de 20 millones de euros), aparte de Aragón, me consta que hay varias comunidades autónomas con interés en poseer linces, como la Comunidad Valenciana, Cataluña, Madrid y Castilla y León, en las que se analiza muy escrupulosamente las zonas que puedan acoger al felino con aplicación de unos rigurosos protocolos para seleccionar las áreas de reintroducción. Se investigan la abundancia de conejos, la calidad del hábitat, la respuesta del territorio, carnívoros atropellados en vías perimetrales y de ferrocarril, número de canales y balsas de riego, denuncias por trampeo, venenos y métodos ilegales de caza, riesgos de interferencia con animales domésticos, datos sanitarios de la fauna conviviente y figuras de protección legal. El poseer dos zonas seleccionadas en Aragón es para tenerlo muy en cuenta y creo que no podemos perder esta oportunidad que se nos brinda.

Espero que las acciones del Departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón con todos los actores implicados en estas reintroducciones sean exitosas, que el Departamento medie con los sectores más reacios a estas sueltas y pueda convencerlos de la importancia y el prestigio que tendrá para nuestra naturaleza la presencia del emblemático felino, el lince ibérico.

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