Nieve: estaciones abiertas

Con algo de retraso respecto a lo que ha sido habitual en los últimos años, pero a tiempo para lanzar la campaña y aprovechar las fiestas navideñas, ayer abrieron la mayoría de las estaciones de esquí aragonesas. 

Una buena noticia para las comarcas que tienen en la nieve uno de sus principales motores económicos y de empleo. Si la meteorología no falla, se espera que la temporada dure algo más de cien días y que dé trabajo directo a mil quinientas personas. El sector de la nieve está pendiente en Aragón de inversiones importantes que lo potencien y le permitan hacer frente a la competencia

Ya son cinco los complejos invernales que han abierto sus puertas. Valdelinares pudo hacerlo en el puente de la Constitución y ayer se sumaron, en los Pirineos, Formigal-Panticosa, Cerler, Astún y Candanchú. Solo falta Javalambre. Hacia el final de la semana que viene se esperan precipitaciones que consolidarían los espesores de nieve y afianzarían el lanzamiento de la temporada, justo a tiempo para las fechas de Navidad. En la pasada temporada las estaciones aragonesas, que suponen el 30% del dominio esquiable en España, recibieron a alrededor de un millón y medio de esquiadores y en la de 2023-2024 se esperan cifras similares, lo que proporcionará unos 1.500 empleos directos y 12.000 indirectos. El sector de la nieve es básico para mantener la economía y la población de los valles pirenaicos y de la comarca turolense de Gúdar-Javalambre. Las estaciones han ido realizando mejoras y se espera muy pronto la realización de nuevas inversiones, como la instalación de las telecabinas que unirán Astún con Candanchú y Benasque con las pistas de Cerler. Es fundamental que el turismo invernal aragonés se refuerce, pues la competencia con los complejos invernales de otras áreas es intensa y Aragón tiene que hacer valer la belleza de su alta montaña y su atractivo para los aficionados a los deportes de nieve.