Del peaje al disparate
Pedro Sánchez paga un nuevo peaje a una fuerza anticonstitucional al entregar la Alcaldía de Pamplona a Bildu tras haber logrado ser investido con los votos de la coalición abertzale.
El PSOE y EH Bildu han pactado una moción de censura a pesar de que ambos partidos proclamaron que el acuerdo para que el líder socialista siguiese en la Moncloa no tenía contrapartidas. Es la primera vez que los socialistas apoyan de forma activa un gobierno de la izquierda radical en una capital de provincia. El pacto se produce solo 179 días después de que Cristina Ibarrola (UPN), la candidata más votada en las elecciones del 28 de mayo, fuera investida alcaldesa con el respaldo de sus nueve concejales y los dos del PP. Gracias a los apoyos de Pedro Sánchez, el portavoz abertzale Joseba Asiron será el nuevo alcalde de la capital de Navarra.
En una primera reacción, Alberto Núñez Feijóo ha considerado que Pedro Sánchez "se ha acostumbrado a engañar constantemente a todo el mundo" y ha hecho un aviso: "Si las posibilidades de entendimiento del PP con el PSOE no eran muchas, ahora lo son mucho menos". Así lo ha advertido en el foro organizado por el grupo Henneo en el Palacio Real de Madrid y en el que el líder nacional de los populares ha presentado al presidente de Aragón, Jorge Azcón, quien ha afirmado que "cuando vean a Sánchez por la calle, los españoles se acordarán de que traicionó a la democracia". Menos hablador ha estado el presidente del Gobierno en Estrasburgo, donde ha escuchado con insólita atención cómo, desde la tribuna del Europarlamento, Puigdemont le amenazaba con "consecuencias desagradables" si hay incumplimientos de lo pactado por Junts y el PSOE. No deja de ser un disparate que un presidente del Ejecutivo español sea amonestado por un prófugo de la Justicia española en presencia de los diputados europeos.