Adjunto a la Dirección de HERALDO DE ARAGÓN

Por qué hoy no sería posible ‘El abrazo’

La obra 'El abrazo', pintado por el artista Juan Genovés en 1976
La obra 'El abrazo', pintado por el artista Juan Genovés en 1976
Efe

Juan Genovés pintó en 1976 un lienzo en el que se ve un emocionante abrazo de un grupo de hombres y mujeres. Vestidos con gabardinas y con los pantalones acampanados típicos de aquellos días, su fraternal gesto ha servido como emblema de la reconciliación de los españoles tras la guerra civil y las casi cuatro décadas de dictadura. 

Este reencuentro generó la primera Constitución española que no es un texto impuesto por un partido o una ideología, sino un marco legal pactado por todas las fuerzas políticas.

Después de 165 años de inestable historia constitucional, reflejo de la azarosa historia del país durante los siglos XIX y XX, los constitucionalistas de 1978 negociaron intensamente hasta alcanzar un consenso, que tal día como hoy fue refrendado hace 45 años en referéndum por la inmensa mayoría de los españoles. En la actualidad, esta unanimidad no es posible porque no es tiempo de consensos, sino de polarizaciones.

La falta de voluntad de entendimiento entre los partidos, sobre todo de los grandes (PSOE y PP) es tal que ni siquiera son capaces de pactar la renovación del Poder Judicial. La actual generación de líderes tiene una capacidad para la competición electoral tan constante que hace que, cuando llegan a las instituciones, no sepan cooperar. Sin embargo, esto no les exime de su responsabilidad.

Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo saben que, como han estudiado los profesores Levitsky y Ziblatt en su célebre ensayo ‘Cómo mueren las democracias’, un régimen liberal puede sucumbir si no se cumplen dos reglas: la tolerancia mutua entre las fuerzas políticas y la contención institucional. "Tolerancia mutua alude a la idea de que, siempre que nuestros adversarios acaten las reglas constitucionales, aceptemos que tienen el mismo derecho a existir, competir por el poder y gobernar que nosotros". En cuanto a la contención, se basa en no realizar acciones que, si bien respetan la ley escrita, vulneran su espíritu.

El espíritu de la Constitución ha sido y es el abrazo, no el insulto.

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos en HERALDO por José Javier Rueda)

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