La iglesia de Santiago de Montalbán, que lleva más de diez años cerrada, sigue esperando que llegue el momento de su restauración. 

Cuando uno se acerca a esta población turolense, llama la atención este soberbio monumento de carácter religioso-militar, de estilo gótico-mudéjar. Construido entre los siglos XIII y XIV está declarado Bien de Interés Cultural, monumento nacional.

Parece que ahora la administración aragonesa va a apoyar el final de la restauración interior, después de muchos años de espera. En septiembre de 2010 ya se hablaba de que acometer esa reforma interior era algo prioritario para la DGA. Incluso había un proyecto redactado, con una inversión prevista de 1,9 millones, para completar los trabajos, concluidos ya los del exterior del templo.

Las peticiones desde el Ayuntamiento han sido insistentes. En octubre de 2017 Montalbán pedía al Ministerio de Fomento 1,4 millones de euros. Las últimas gestiones son muy recientes y el alcalde busca el apoyo de los consejeros de Turismo y de Cultura, Manuel Blasco y Tomasa Hernández, ambos turolenses. Ojalá el Gobierno aragonés se decida a acometer las obras de uno de los más importantes monumentos aragoneses sin restaurar.

Las pinturas murales góticas y mudéjares permanecen ocultas bajo capas de escayola; el suelo está muy deteriorado y las humedades son un problema serio. Los vecinos utilizan para el culto una pequeña capilla habilitada en la plaza desde 2008. A pesar de todo, un grupo de voluntarios ha llevado a cabo trabajos de limpieza, lo que ha permitido que se celebren en el templo algunos actos, como la celebración del Santo Patrón.

Cuando se consiga el final de la restauración, este templo de Santiago de Montalbán podrá salir de la lista roja de patrimonio de Hispania Nostra. Aragón tiene 114 monumentos de esa triste lista; 6 de ellos han sido incorporados este mismo año. En estado de abandono, también en la lista roja de Hispania Nostra, se encuentra el monasterio de Santa Fe, entre Zaragoza y Cadrete. Construido en 1341 y reedificado con estilo barroco en 1797, sufrió la destrucción causada por las tropas francesas en 1808 y el declive definitivo con la desamortización de Mendizábal. En 1981 se evitó que se desplomara la majestuosa cúpula. Si se tarda en intervenir en el conjunto, puede que sea ya muy tarde.

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