Las aspiraciones independentistas de Cataluña comenzaron en torno a 1874 con la Restauración de la monarquía borbónica en España aunque fue 1886 el año clave de partida, cuando Josep Narcís Roca expuso la clara idea de lograr para Cataluña “un estado propio”. 

Se declaró como movimiento político separatista en 1918 tras la primera Guerra Mundial, según el historiador Ucelay-Da Cal, y en 1931 nació el partido Esquerra Republicana de Cataluña, con Maciá a la cabeza que proclamó a Cataluña como un “Estado libre” dentro de una República Federal o Confederación Ibérica, lo que ya supuso un problema político para el entonces gobierno republicano español. En 1934, su sucesor Lluis Companys proclamó El Estado Catalán, provocando una rebelión catalana que acabó el 7 de octubre con la intervención del Ejército. Tras la creación de más grupos y otros movimientos separatistas, desde 1968 se asienta el deseo independentista entre la sociedad popular con la celebración de actos y manifestaciones, y en 2006 empieza el “prócés catalán” extendido desde 2010 como el nuevo independentismo de masas (según Ucelay también) y desemboca en los hechos ya conocidos del 1 de octubre de 2017, con la declaración unilateral de independencia del 27 de octubre y todo lo acontecido con los delitos cometidos por el nuevo gobierno de la Generalitat llamando a desobedecer a las instituciones españolas. Es un superficial resumen de los casi 150 años de las aspiraciones independentistas de Cataluña y que los distintos gobiernos que ha tenido España han ido capeando y resolviendo con el fin de mantener la territorialidad española. Hasta este 2023, en que después de aplicar el famoso artículo 155, indultar a políticos condenados y seguir fugados del país Puigdemont y otros consejeros para evitar ser juzgados, vamos a ser la generación de españoles que vea cómo el Presidente del país se ha comprometido a conceder la amnistía de todos los actores del proceso de independencia desde el año 2014, y a continuación facilitar la realización de un referéndum de independencia (que no está permitido en nuestra Constitución), con la posibilidad de materializar su histórica pretensión. ¿También les ayudaremos después a facilitar su entrada en la Unión Europea?

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