La Bolsa, a lo suyo

Durante este mes de noviembre que ahora termina la política española se ha sumido en una de sus crisis más espinosas, a cuenta de los pactos de gobierno del PSOE con los partidos secesionistas. Esa es al menos la sensación que me parece que tenemos la mayoría de los españoles. 

Unos, porque se les han puesto –se nos han puesto– los pelos de punta ante la indignidad que ven en esos pactos. Otros, los que defienden los acuerdos y la amnistía –que los hay– o están dispuestos a digerirlo todo, porque consideran que la reacción de la derechona es la que está crispando el ambiente político hasta el límite. El caso es que buena parte de la sociedad española anda este noviembre montada en la indignación, fumando en pipa y temiéndose un apocalipsis. Tampoco han faltado en estas semanas las advertencias de organismos diversos –FMI, Banco de España, Airef, etc.– sobre los peligros que acechan a la economía nacional por debajo de una aparente bonanza. Bueno, pues el caso es que a pesar de todo eso, de semejante crisis y de tanta incertidumbre, el Ibex, el índice más conspicuo de la Bolsa española, ha subido mil puntos durante este mes de noviembre, desde el 9.017 el 31 de octubre al 10.062 ayer mismo. Un 11% de escalada, que no está nada mal. Esto de la Bolsa es para los legos –y puede que también para los expertos– un enigma encerrado en un misterio, pero suele darse por cierto que la inestabilidad política no les sienta bien a las cotizaciones. Y que cuando hay alzas en el parqué es señal de augurios favorables. Bueno, pues a ver quién lo entiende. La política va por un lado, camino tal vez del precipicio, y la Bolsa por otro, a lo suyo, trepando a nuevas cumbres.

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