Contra la violencia machista
La sociedad española, sus instituciones y sus políticos tienen que hacer un esfuerzo mayor para combatir la violencia machista.
Hay que trabajar mucho mejor la prevención, la difusión de los valores de la igualdad entre los sexos y del respeto a la mujer y hay que prestar un apoyo eficaz a las mujeres víctimas de maltrato, agresiones o explotación sexual, aumentando los medios necesarios para ello. Esta es una tarea en la que todos, mujeres y hombres, tenemos que perseverar, porque la violencia de género es inadmisible
En el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, que se conmemoraba ayer, hay que constatar, con vergüenza y dolor, que 52 mujeres han sido asesinadas en España en lo que va de año -dos de ellas en Aragón- por sus parejas o exparejas y 1.237 -33 en Aragón- desde que en 2003 comenzó a llevarse la cuenta de los crímenes machistas. Cada una de esas muertes supone el injustificable asesinato de una persona concreta, con su trayectoria vital, su familia y sus ilusiones para el futuro, una tragedia. Pero al mismo tiempo cada una de ellas es el signo de una enfermedad social, la violencia de género, que la sociedad española tiene la obligación moral y política de desarraigar de su seno. Y los asesinatos son solo la parte más visible y más terrible de esa violencia que sufren las mujeres en nuestro país, porque cada día se presentan 535 denuncias y hay en este momento 82.649 casos que requieren atención policial. El cometido de eliminar el machismo y la violencia que conlleva nos compete a todos, pero los representantes políticos deben asumir un claro liderazgo y han de ejercerlo sin sectarismos ni visiones ideológicas estrechas y excluyentes. Es una tarea que requiere unidad para poner en marcha y mantener medidas eficaces, concienciación para socavar los prejuicios sexistas y promover la igualdad, y medios suficientes para proteger a las mujeres que ven su vida sometida o en peligro.