La democracia y el juicio de Salomón

En España, el juicio de Salomón terminaría en infanticidio.
En España, el juicio de Salomón terminaría en infanticidio.
Museo del Prado

Da la impresión de que en España cada vez hay más gente, de todos los colores y sabores, que estaría dispuesta a desgarrar al niño con tal de que no se lo queden los del otro bando.

 El juicio de Salomón aquí terminaría en infanticidio. Véase, por ejemplo, ese manifiesto de militares, afortunadamente retirados, que propone, para anular los peligrosos pactos de los que ha nacido el nuevo Gobierno, que las Fuerzas Armadas destituyan al presidente y convoquen elecciones. Una suerte de pronunciamiento -supuestamente incruento, si hay suerte, claro- al estilo decimonónico, o como el ya centenario de Sagunto que llevó al poder al general Primo de Rivera. O, a la francesa, como aquel cónclave de generales que en 1958 sirvió a De Gaulle para ponerse al frente de la República entre el estrépito de los sables. Cuando algunos dan cancha a una interpretación adulterada y elástica de los principios constitucionales sobre la unidad nacional, quizás no puede extrañar que haya otros que propugnen una lectura a la carta y maleable de la misión constitucional de los Ejércitos, prescindiendo del detalle de su obligada obediencia al poder civil. Debería estar claro para todos que ese no es el camino. Responder a un desatino con un disparate solo sirve para acumular errores y degradar aún más la situación. Si unos atizan golpes de piqueta a la Constitución por un lado y otros, por el suyo, la golpean con un mazo, el resultado no será la mejor defensa de la Carta Magna y de la democracia, sino su más rápida destrucción. Seguro que no es eso lo que quiere la mayoría de los españoles.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión