Fama y fortuna
Afinales de los años 90, el concepto ‘Big Brother’ revolucionó la televisión; el formato apostó por incomunicar a un grupo de concursantes mientras decenas de cámaras registraban su convivencia en una casa, monitorizaban cada uno de sus movimientos y los exponían en horario de máxima audiencia a cambio de fama y fortuna.
El éxito de la propuesta de ‘Gran Hermano’ originó el surgimiento de innumerables programas de telerrealidad, cuya producción se extendió por las televisiones de medio mundo. Granjas, autobuses, islas desiertas y hasta series de ficción han permitido, posteriormente, abordar el género desde otras perspectivas, explotando la convivencia, la competitividad y los conflictos, como principales atractivos. Sin embargo, uno de los ‘reality’ más extraordinarios fue aquel que nunca llegó a ser real. En el año 2002, un anuncio clasificado publicado en un periódico preguntaba: "¿Quieres ganar popularidad?"; la misiva, carente de detalles, buscaba concursantes para un nuevo programa de telerrealidad a cambio de 100.000 libras y renunciar a su vida por un año. Cientos de personas se presentaron a las audiciones y 30 de ellos fueron seleccionados para participar; sin embargo, el programa resultó un engaño y su impulsor, denominado Nikita, un embaucador. Ahora, la serie documental de Prime Video titulada ‘El mejor programa jamás realizado’ entrevista a algunos de sus participantes, los cuales, más de 20 años después, relatan la pesadilla que vivieron persiguiendo una ilusión.