Grullas

Las grullas deberían estar viéndose por miles en los cielos de Gallocanta.
Las grullas en los cielos de Gallocanta.
José Miguel Marco

Oye, ¿y si este año no vamos? Aquí en Alemania también se está bien, ya no hace tanto frío como antes. Podríamos quedarnos aquí a pasar el invierno y en febrero volvemos a Suecia. Además, el ambiente en España se está poniendo muy tenso, con tantas discusiones y tantos gritos. 

Me da miedo que un día salte una chispa y comience un incendio. Nunca me han gustado las banderas ni las fronteras. Nosotras somos libres, de aquí y de allí, y de todas partes. Y, oye, que ya nos hacemos mayores para tanto viaje. Es un rollo ahora volar hacia el sur, más de 3.000 kilómetros, llegar, buscar sitio para unos meses, y luego vuelta para el norte. ¿No te parece mejor si nos quedamos?".

"¿Pero cómo nos vamos a quedar aquí? Nos echarán de menos en Gallocanta. Me dicen que las primeras ya han llegado, pero que este otoño muchas están retrasando el viaje. Por el calor o por la pereza. Me gusta esta laguna, es uno de los sitios más bonitos que hemos conocido en tantos años de viaje de norte a sur. ¿Te acuerdas cuando íbamos a Extremadura? También era bonito. Y mis padres me contaban que ellos antes volaban hasta Marruecos. A mí me gusta España, es un país acogedor y amable, aunque griten demasiado y a veces parece que todo vaya a estallar en cualquier momento. Pero luego se les pasa, ya sabes. Se sientan todos en la misma mesa, comparten comida e historias, son hospitalarios con los recién llegados, orgullosos de su cultura. Además, viajar siempre es una aventura que merece la pena".

"Bueno, vale, mañana emprendemos vuelo hacia Gallocanta".

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos en HERALDO por Paula Figols)

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